No ha empezado nada mal la, para quien esto suscribe, 6ª edición del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges con 'La bruja', el más que prometedor debut del guionista y director Robert Eggers. Un drama de terror atmosférico que juega con sus elementos con la suficiente inteligencia como para hacer de ellos algo "incómodo".

Cuando la textura es muy importante, más no es lo fundamental. Al igual que 'It Follows' el año pasado, su apuesta estilística encierra una alegoría que dota de fundamento, sentido y fuerza a unos actos que, reforzados por pequeños y certeros golpes de efecto, consiguen que triunfe en ese camino por el que Shyamalan se perdió con su 'El bosque'.

De la seria seriedad de la inauguración al fallido cachondeo de 'Absolutamente todo', versión británica de 'Como Dios' a la que siquiera la presencia del siempre simpático Simon Pegg salva del absoluto desastre. Porque este amago por recuperar el humor de Douglas Adams es, por lo demás, una insustancial y convencional colección de escenas torpemente hilvanas que nunca remontan por encima del concepto de base, tan desperdiciado como la finalmente anecdóticas presencias vocales de los Monthy Phyton o el tristemente fallecido Robin Williams.

Bastante más lograda se presenta la coreana 'The Treacherous', nuevo trabajo de Min Kyu-dong sobre la figura del infame tirano Yeonsan-gun, quién víctima de su lujuria organiza a principios del siglo XVI una especie de concurso para escoger a su concubina. Una historia repleta de honores, sensualidad y una profusión nada desdeñable de desnudos femeninos que, al igual que en occidente las grandes obras de William Shakespeare, desentraña poco a poco los pormenores de una gran tragedia que se cuece, sin prisa pero sin pausa, a lo largo de dos largas horas (y pico) estupendamente fotografiadas.

No se puede decir lo mismo de 'The Shelter', cinta de apariencia, maneras y prestaciones amateur que tan sólo sirve para saber que Michael Paré sigue vivo. Como vivo esperemos que sigue por muchos más años Sam Rockwell, cuya simpatía natural al igual que la del anteriormente mencionado Simon Pegg no se basta para salvar de la quema a la última del día, 'Mr. Right', comedia de acción con una tendencia casi obsesiva por boicotearse a sí misma en su infructuoso intento por seguir los pasos de la reciente y más lograda 'American Ultra', también escrita por Max Landis.

En parte por lo acomodado del propio guión de Landis; en parte por la convencional y aburrida puesta en escena de Paco Cabezas; en parte por la irritante presencia de Anna Kendrick, la profusión verbal, reincidencia constante en los mismos chistes, lo gratuito de su desarrollo o porque nunca encuentra el tono adecuado. Un producto en resumen muy, muy blandito resuelto con cierta desidia en todos los aspectos, con un Tim Roth pidiendo la misma limosna que a la FIFA y en dónde para compensar tanta dulzura siquiera encontramos un atisbo de mala leche.

Continuará...

Por Juan Pairet Iglesias