''El cine que ves en Sitges...'' (AKA Maratón + Balance general)
Vía Festival de Sitges
por reporter 18 de octubre de 2010

Una vez comentadas todas las películas a las que hemos podido echarles el guante a lo largo de estos últimos diez días, y siendo víctima del choque de tristeza (porque esto se ha acabado) y alivio (porque por fin podré dormir), es hora de hacer un breve balance general de las sensaciones que nos deja esta ya concluida 43ª edición del Festival de Cine Fantástico de Sitges. Antes que nada, considero una cuestión de pura justicia agradecer personalmente tanto a la organización del certamen como a los mandamases de esta web el haberme concedido por segundo año consecutivo el inmenso honor de cubrir esta tan remarcable cita cinéfila. Muchísimas gracias de parte de este ahora mismo exhausto sophomore que todo sea dicho -y mando aquí el primer guiño-, espera librarse de este título el año que viene. Terminadas las alabanzas, considero también mi deber ''denunciar'' ciertos aspectos que, un año más, han empañado levemente la experiencia... y eso no hay suficiente Nespresso en el mundo que pueda taparlo. De cara a futuras ediciones, sería perfecto que desapareciera de una vez por todas el caos informativo referente a -por ejemplo- las secciones (no ha habido manera humana de encontrar dos listas que coincidieran en todas las películas), así como de la información facilitada de ciertos filmes. Parece una tontería, pero debería exigirse mucha más exactitud a la hora de indicar la duración exacta del metraje... ni que sea para tener un detalle con los pobres infelices que, teniendo cada día un horario apretadísimo, tienen que tener en cuenta cada minuto del reloj para que les cuadren las cuentas. Hablando de problemas con el tiempo, también se agradecería mucho un sistema más ágil de concesión de invitaciones para la prensa. El humor de los miembros acreditados mejoraría sensiblemente... y de paso se evitarían las -patéticas- carreras por las escaleras del Auditori. Poco más que recriminarle a una organización que cumple ya una década capitaneada por Àngel Sala. A la que también hay que aplaudir... una vez más. El aplastante éxito de público (se ha batido el récord de entradas vendidas, que se alcanzó en la edición anterior) no debe achacarse sólo a la coincidencia del festival con el puente del Pilar, sino más bien a pequeños grandes detalles como el de la vuelta del ''tren fantàstic'' para poder volver a Barcelona a altas horas de la madrugada, y obviamente a un cartel de lujo. Una serie de películas (¡170 en total!) entre las que se han encontrado grandes nombres, pero pocas premieres mundiales (cosa normal teniendo en cuenta la jerarquía festivalera y las fechas en que aparece ''King Kong'', justo a final de temporada, cuando ha habido tortas para colocar a los presuntos mejores directores en los llamados certámenes de categoría A), lo cual tiene también su lectura positiva. Es el concepto de ''Perlas de Zabaltegui'' llevado a otro nivel. Cuántas veces a lo largo de estos últimos diez días habremos oído ''ésta es la película que causó sensación en Cannes/Berlín/Venecia/San Sebastián/Sundance/Locarno...'' Malo por vernos privados del factor novedad, pero buenísimo para el público mínimamente informado, que podrá asistir a la sala de cine plenamente consciente de lo que va a ver. En esta línea, les aseguro que es muy reconfortante estar enterado de lo que se cuece en los demás festivales del mundo, y saber con total seguridad que todas las gemas encontradas en ellos van a estar en el Garraf (siempre y cuando no haya llegado antes el estreno comercial, claro está). Y del mismo modo que Sitges se alimenta de otros, hay que constatar también el hecho de que las citas temáticas que vienen a continuación ven en Sitges la primera fuente de alimentación, confirmándose así el certamen catalán como líder mundial del género fantástico. Un género al que se le toma muy bien el pulso (gracias a la presencia año tras año de nombres y títulos fundamentales), y cuyos límites son en más de una ocasión burlados por la Sala y compañía, con tal de que todo tenga entrada en sus dominios. Una política que ha levantado no pocas quejas, pero que a la vez es clave para definir a Sitges (y en contra de lo que muchos siguen pensando) como un destino apto para todos los gustos. Al fin y al cabo, ¿no fue esta estrategia la que nos permitió ver en este emplazamiento por ejemplo las que se erigirían como grandes triunfadoras tanto en la noche de los Goya ('Celda 211') como en la de los Oscar ('En tierra hostil')? Eso sí, que no se alarmen los más veteranos... si por algo sigue distinguiéndose el festival es por ofrecer como ningún otro emociones fuertes a todos sus asistentes. ''Tierra de valientes'' dicen algunos, "un repaso intensivo a cualquier Código Penal" dirán otros... lo cual no es más que otra demostración de lo bien definidas que están las líneas del certamen. Tener claro a lo que se va... requisito imprescindible para obtener el reconocimiento de la santísima trinidad de este negocio: público, medios de comunicación e industria. Si además cada día está bañado por ese ambiente inconfundible de festividad y de familiaridad (se elimina casi por completo la barrera mística que acostumbra a separar las grandes estrellas del simple espectador), no es de extrañar que en la última jornada todo fueran caras largas. Gran pesar porque la fiesta se ha acabado... pero inmensa y reconfortante seguridad al comprobar el pletórico estado de salud de un festival del que ya esperamos con muchísimas ganas su 44ª edición.
Por último, y a modo de condensadísimo resumen: Nos ha encantado... La experiencia extrema propuesta por Miguel Ángel Vivas en 'Secuestrados'; las alocadas aventuras de James Gunn y Crimson Bolt en 'Super'; la comicidad surrealista de Quentin Dupieux y su 'Rubber'; la revolución 2.0 de Henry Joost y Ariel Schulman en 'Catfish'; la desmitificación vampírica de Vincent Lanoo y sus 'Vampires'; las cafradas de Paco Cabezas en 'Carne de neón'; el western chupasangre 'Stake Land', firmado por Jim Mickle; la esencia del chambara clásico recuperada por Takashi Miike y sus 'Thirteen Assassins'; el buen saber hacer de Matt Reeves en el remake 'Déjame entrar'; las 'Confessions' videocliperas de Tetsuya Nakashima; las torturas por entregas filmadas por Kim Ji-woon en 'I Saw The Devil' y los desternillantes malentendidos de 'Tucker & Dale Vs. Evil', de Eli Craig. Nos ha interesado... La visión desesperanzadora de las nuevas herramientas sociales a manos de Hideo Nakata y su 'Chatroom'; la irregular pero muy bien ejecutada 'Los ojos de Julia', de Guillem Morales; la cara oculta de las posesiones en 'The Last Exorcism', de Daniel Stamm; el famoso plano secuencia de Gustavo Hernández en 'La casa muda'; el esperadísimo retorno a la gran pantalla de John Carpenter con 'The Ward'; la faceta más oculta de Papá Noel mostrada por el galardonado Jalmari Helander en 'Rare Exports: A Christmas Tale'; la visión más cómica de la Gripe A a manos de Nicolás Goldbart y su 'Fase 7'; el didactismo de Christian Molina en 'I want to be a soldier (De mayor quiero ser soldado)'; la Inglaterra devastada por la peste negra según Chrisopher Smith en 'Black Death'; el regreso de Takeshi Kitano al universo yakuza en 'Outrage'; el hampa sueca retratada por Daniel Espinosa en 'Easy Cash'; la "engañifa" romántica de Gareth Edwards y sus 'Monsters'; la radicalidad estética de 'Red Nights', dirigida por Julien Carbon y Laurent Courtiaud; la lisergia mental de Apichatpong Weerasethakul y su 'Uncle Boonmee Who Can Recall His Past Lifes'; la intensidad del remake 'Mother's Day', de Darren Lynn Bousman; el neo-western australiano de Patrick Hughes, 'Red Hill'; la bizarrada de Thomas Cappelen Malling titulada 'Norwegian Ninja'. Nos ha horripilado... La pompa de Eugenio Mira y su 'Agnosia'; la tediosa caza humana narrada por Jorge Michel Grau en 'Somos lo que hay'; el torpe ejercicio de cine negro de época a manos de Andrew Law en 'The Legend of the Fist: The Return of Chen Zhen'; el fatalismo típicamente danés de 'Everything will be fine', dirigida porChristoffer Boe; las absurdas carreras de Eric Valette y su 'Hybrid 3D'; el arte sufrido de Román Parrado y sus '14 días con Víctor'; las espantosas decepciones perpetuadas por Brad Anderson y James Wan en 'Vanishing on 7th Street' e 'Insidious' respectivamente; el ruidoso sinsentido de Reha Erdem y su 'Kosmos'; la involuntariamente cómica 'La posesión de Emma Evans', de Manuel Carballo; el cacao mental de los Butcher Brothers en 'The Violent Kind'. Nos ha dejado sin palabras... La exquisitez gore de Pong-Ho Cheung en 'Dream Home'; la pornografía gay zombie de Bruce La Bruce y su 'L.A. Zombie'; el mapa de las perversiones humanas trazado por Sion Sono en 'Cold Fish'; el newborn porn de Srdjan Spasojevic en 'A Serbian Film'; la venganza terriblemente creativa de Steven R. Monroe con 'I Spit on Your Grave'.
Y ahora sí... este cronista se despide. Hora de dormir, de bajar un poco los niveles de cafeína/torina en sangre y de decir aquello de... ¡El año que viene, más!
por Víctor Esquirol Molinas