Capítulo VIII: Regreso al futuro, parte I
Recurrir a un tema de actualidad es un arma de doble filo, hasta el punto que resulta muy fácil (y tentador) confundir la buena intención con el oportunismo. Como es muy fácil confundir el verdadero interés social con simple postureo popular de cara a la foto.
Entre medias de esa fina línea que separa (o junta) ambas cosas se mueve 'Cerca de tu casa', irregular musical dramático cuyas aparentes buenas intenciones chocan con un guión bastante pobre. Y sobre todo, blando e inofensivo: la voz de Sílvia Pérez Cruz resplandece dentro de un evidente artificio de nulo espíritu provocador. Discreción absoluta, que nadie se ofenda, y un discreto resultado para lo que suena mejor en CD que visto en pantalla.
Más y mejor luce el thriller dramático 'La próxima piel' de un Isaki Lacuesta quién, con la ayuda de Isa Campo, restituye su nombre tras el traspiés de la muy fallida (e insufrible) 'Murieron por encima de sus posibilidades'. Una interesante reflexión sobre la identidad y la familia que juega hábilmente con la duda sobre si realmente se trata del niño desaparecido o de un impostor.
La cinta funciona prácticamente en todo momento... a pesar de un Sergi López haciendo por enésima vez de la versión más irritante de Sergi López... y aún a pesar de algunos escarceos con el suspense efectista a lo "El amor es un crimen perfecto" que no terminan de cuajar, si bien en ninguno de los dos casos como para dudar de las buenas y sobre todo efectivas maneras de lo que vendría a ser un filme de lo más modélico y ejemplar.
Bastante más de lo que por ejemplo se puede decir de 'El futuro ya no es lo que era', mal ejemplo de comedia dramática y/o drama cómico y/o lo que sea que no termina de funcionar por un excesivo regusto literal, ejemplarizado en un tramo final que encadena seis o siete finales para desespero de la platea. Sobre el papel puede leerse bien, quedar incluso bonito, pero en pantalla tanta palabrería suena tan falso como artificioso: recordemos, una imagen vale más que mil palabras.
La cinta, que la presencia de Dani Rovira anima a convertir en una especie de "comedia" a lo Adam Sandler, sencillamente no funciona. Pedro Barbero, responsable del 50% de aquel 'Tuno negro' que tampoco fue precisamente un buen ejemplo de nada, sacude sin descaro el manual de la autoayuda para restregarnos el típico producto superficial que podría haber sido filmado por Garry Marshall (si fuera asturiano). Y al final todos felices, porque al final todo el mundo es güeno. Menos el público, por supuesto...
Continuará...
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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