La sección que se estrenó el pasado año bajo el nombre de Encounters sigue brindándonos muestras particulares de cine independiente: 'Hygiène sociale' se llevó el premio ex aequo de la categoría por la dirección de Denis Côté. El director quebequés es conocido por explorar los temas de la solitud, los miedos y la alienación del individuo, así como por cuestionar el lenguaje cinematográfico en sus trabajos documentales y de ficción.

Si bien el proyecto nació en 2015 durante unas vacaciones en Sarajevo, cuenta el director, fue durante la pandemia que se decidió a rodarlo, y el hecho de que aparezca a la luz en 2021 lo enmarca en estos tiempos que tanto han cambiado la forma en que nos relacionamos con el mundo.

Denis Côté recupera e incorpora en su trabajo algunos de estos cambios, que ya forman parte de la modernidad, con ironía y exageración, y los convierte en un lenguaje muy particular. Con una mayoría de planos largos y fijos, la película es teatral hasta en las actuaciones, dotándola de un estilo propio que el al director le gusta imaginar como puente hacia el lenguaje cinematográfico. Rodada con bajo presupuesto, recalca que es precisamente en esta restricción económica donde encuentra mayor placer para experimentar con la forma y la narración cinematográfica: "Hay que ser simple, original y sacrificar un poco de ambición. Son ejercicios de humildad pero a la vez de gran libertad".

El resultado funciona: Los personajes se gritan a metros de distancia los unos de los otros, en medio del campo. "¡Estoy en un período de falta! ¡De amor, de dinero, de consideración, de divertimiento!", dice su protagonista. Y lo entendemos. Apostar por una comedia es, sin duda, una generosidad del director. Con ese protagonista dandy, romántico y atemporal, y entre vestidos de época y referencias a Facebook, las relaciones sociales se ponen a prueba con las repetidas decepciones de cinco mujeres que pierden la paciencia con un hombre que no logra producir y tiene miedo de los espacios públicos. Conversación tras conversación, esa ficción casi pastoral se nos va haciendo familiar y nos recuerda, a voz de grito, antes de que nos olvidemos, de lo que acabamos de vivir.

por Aina Riu
@aina_rv

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