Hablamos con Guillermo Fesser y Luis Manso, responsables de 'El monstruo invisible'
'El monstruo invisible' es un cortometraje de ficción basado en las vivencias de Javier Fesser, Guillermo Fesser y Luis Manso tras visitar en 2019 la isla de Mindanao (Filipinas), golpeada tanto por la crisis climática como por más de cinco décadas de conflicto armado.
El cortometraje, de 30 minutos de duración y producido por Acción contra el Hambre y Películas Pendelton, muestra la realidad de cientos de niños y niñas en Filipinas, y pretende concienciar sobre la desnutrición crónica que afecta a 149 millones de niños y niñas en el mundo.
'El monstruo invisible' cuenta la historia de Aminodin, "el mejor recogedor de basura" del vertedero de Papandayan donde vive con su familia. Su primo Alimán, que vive ahora en un campo de refugiados, perdió su sonrisa cuando empezaron a caer bombas del cielo. Pero Aminodin hará todo lo que esté en sus pequeñas manos para intentar cambiar esto...
Con motivo de su estreno este viernes 1 de mayo a las 19:30h. en #0, el canal exclusivo de Movistar+, y a su posterior lanzamiento en el servicio bajo demanda del operador español, hemos tenido la oportunidad de charlar (por teléfono) con Guillermo Fesser, su co-director y co-guionista, y Luis Manso, su productor.
¿Cómo surge un proyecto como 'El monstruo invisible'?
Luis Manso: Esto surge de manera parecida a 'Binta y la gran idea' y 'Bienvenidos', con la salvedad de que ya existían estos dos previamente, con lo cual, digamos que facilitó el nacimiento de 'El monstruo invisible', pues ya había dos referentes claros. Esto surge por iniciativa de una ONG como es Acción contra el Hambre, que quiere comunicar algo y quiere llegar a un público muy amplio. En este caso, muy preocupados por algo que a nosotros también nos preocupa, que es el tema de la educación, colegios y demás, unido a esa voluntad que tenemos Javier, Guillermo y yo mismo de poner nuestra capacidad de comunicación, profesional o de producción al servicio de una buena causa como esta. Acción contra el Hambre nos planteó el reto y nosotros tardamos cero coma en abrazarlo.
¿Por qué un cortometraje y no un largometraje?
Luis Manso: Un cortometraje es más fácil de producir. Lógicamente, estamos hablando de un tema de magnitudes. Nosotros esto lo hemos rodado en dos semanas y media. Un largometraje implicaría un esfuerzo de tiempo, recursos y dinero que es más difícilmente abordable por una ONG. Luego están las posibilidades de difusión en las escuelas o los institutos, que con una pieza de esta duración es más sencillo. La manera de rentabilizar el esfuerzo que implica hacer un largometraje de estas características es muy complicada. ¿Qué haces con un largometraje? ¿Vas al circuito convencional? ¿Lo exhibes en salas? Aunque no se trate de un documental, ninguno de los tres que hemos hecho lo es aunque estén muy basados en la realidad y lo parezcan. Son piezas de ficción. La vida comercial de un documental en general es muy complicada, lo es de este tipo de propuestas por muy atractivas que sean, como creo que las hacemos al darles un tono muy positivo, por no hablar de humor que también lo tienen. Es mucho más complicada. El cortometraje te permite acudir a un circuito muy amplio de festivales, distribuirlo en colegios e institutos. Por todo, pero sobre todo por facilidad de distribución y de llegar a un público más amplio.
¿Cómo es rodar una ficción en un entorno real? ¿Cómo es el trato con esa gente "real" que participa en una ficción?
Guillermo Fesser: Yo creo que una película en general es el sueño de un guionista. Alguien concibe una realidad, desarrolla una historia y describe a los personajes, lo que hacen y lo que dicen. Luego le pasa el guión al director y hala, ahí te apañes. Más o menos, le viene todo hecho. El director prácticamente sólo tiene que posicionar la cámara. Ahora, esto es al revés: Primero va el director, en este caso los directores, Javier y yo juntos, que como los antropólogos del National Geographic, nos aproximamos a un poblado y nos ponemos a observar. Mira esos niños que traviesos, cómo se sonríen... pues la sonrisa de ese niño, para el saco. Luego vamos a un campo de refugiados y lo mismo, vemos a una señora que pasea a su niño en silla de ruedas, para el saco. ¿Y ese señor que pasa por ahí con una moto y una sombrilla? Para el saco también. Luego todo esto se lo das a los guionistas y les dices, hala, con todo esto hacerme un guión, bonitos. O sea, el proceso es al revés. ¿Qué significa eso? Que la película en lugar de contar cosas, que es lo que suele hacer una película, escucha a gente. Quiero decir, que no llega el director y le dice "usted, vístase así, póngase allá y diga esto mirando hacia allí". Sino al revés, "ah, ¿que usted lleva esto? ¿que usted sale por esa puerta? ¿que usted dice esto? Pues espere, espere un momentito que voy a poner la cámara". Es al revés. Es ficción, porque la tía y el primo de Aminodin en realidad no son la tía y el primo de Aminodin. Pero es realidad porque a la mujer del campo de refugiados y al niño en silla de ruedas se les ha muerto el padre de verdad en la Guerra. Es realidad porque Aminodin recoge basura todos los días en este poblado, y es realidad porque aunque no sea el padre de Aminodin, el auténtico padre de Aminodin tiene esa sonrisa. Es una historia más de emociones. No es una historia que estés contando, sino una historia que estás escuchando y que a ti también te está sorprendiendo y emocionando. Eso es pura emoción. Y creo que ese se traslada a la pantalla y que es el éxito de este tipo de películas.
¿Cómo transformas un drama en una película emotiva?
Guillermo Fesser: Bueno, porque las personas no son flojilíneas como la cola de un león. Uno no está sólo triste, o sólo alegre. El mismo día que se te muere el perro puedes haber conseguido un trabajo, o el mismo día en el que te ha dejado la novia puedes haber comido un potaje de garbanzos que te ha alegrado la vida. La felicidad, como pone en el cartel de la película, surge cuando menos te lo esperas, y en los lugares que menos te lo esperas. Bueno, pues eso es lo que se ve en la película. En la película se ve, si, gente que vive en un basurero, gente que vive en unas condiciones muy modestas y muy miserables. Pero eso no significa que no puedas sonreír cuando paseas una cometa jugando con tus amigos. Puedes vivir en un basurero y estar enamorado de la vecina. Lo que hemos hecho es ponerle rostro y nombre a la gente que vive ahí para que cuando los niños vean esto en clase no piensen que todos los pobres son en blanco y negro y cojos. Que se pregunten como es posible que estos niños que son como nosotros pasen hambre. Qué podemos hacer nosotros para cambiar esta realidad. Muchas veces somos muy simplistas cuando la gente está lejos. "Los pobres que están por allí". El estereotipo de "los pobres". Lo estamos viendo ahora con la pandemia, que antes era sólo una cosa de los chinos. Cuando se muere tu suegro, cuando enferma tu madre, cuando tienes un cuñado en la UCI. Cuando lo estás pasando mal porque han echado del trabajo a los del piso de abajo. Cuando tu pones rostro y nombre, cuando pones ojos a la tragedia te das cuenta de que hay muchas capas en la vida. Esa gente también es alegre, también tiene sentimientos. A esta gente también le gusta tomar un chato de vino. Ahí es cuando te planteas las cosas, ¿no?
Para hacer un proyecto como este, ¿es necesario tener un alto grado de implicación emocional?
Luis Manso: Desde el momento en el que nosotros recibimos este reto de, cómo decíamos al principio, poner nuestros oficios al servicio de esta llamada de atención sobre el hambre crónica, te estás implicando emocionalmente, ¿no? Para que te hagas una idea, cuando Javi y yo fuimos por primera vez a Perú para el rodaje de 'Bienvenidos' no teníamos demasiado tiempo, porque estábamos metidos en la producción de un largo, así que utilizamos nuestras vacaciones de verano. Cuando tú decides utilizar tus vacaciones, hasta el punto de que Javi se llevó a dos de sus hijos, a conocer una realidad de primera mano. Cuando como es mi caso, vas a rodar una pieza apenas un mes después de que haya nacido tu hija, como me pasó a mi en Filipinas, a un lugar en donde las cosas no dejan de tener un cierto riesgo. Porque vas a un lugar en el que ha habido un conflicto bélico recientemente, en donde está el ISIS presente. Donde te están dando cada dos por tres un briefing de seguridad porque hay un riesgo claro. Cuando decides poner tu tiempo, tu esfuerzo, tu trabajo. Es que si no hay una implicación emocional muy fuerte es imposible. Porque en ningún momento se trata de dinero. A priori tiene que haber una predisposición inicial clara. Y luego, como hicimos nosotros, dedicas una semana a recorrer gran parte de la isla de Mindanao, que es dónde rodamos, y a conocer esa realidad, y llegas a este poblado que está construido sobre, por y para la basura, si no traías una implicación de serie ahí es cuando te implicas hasta las trancas. Es decir, te acabas emocionando y preocupando por esas personas, por esos niños. Acabas haciendo que sea algo profundamente tuyo. Y por eso siempre, y esperamos hacerlo también en este caso, hay un tercer viaje. Un primer viaje de exploración, de ir con los sentidos abiertísimos para empaparnos de una realidad. Un segundo viaje dónde se muestra la historia y se rueda, y luego un tercer viaje que nos permitimos la gozada de compartirlo con esa población. Porque quedas ligado emocionalmente a esa población, a esas personas. Con esa comunidad con la que has trabajado.
¿Cómo es trabajar entre vosotros, que tenéis una relación profesional e incluso familiar tan larga? ¿Cuál es la dinámica entre los tres?
Guillermo Fesser: Los tres pienso que valoramos profesionalmente a los otros. No es un tema de caridad, porque es mi hermano o porque es mi socio, de vamos a llevarle porque tengo que llevarle. No. ¿Quiénes son los mejores para hacer esto? Y no se te ocurre a nadie distinto. Partiendo de la base que hay un respeto profesional enorme en la faceta que cada uno desarrolla, luego lo que hay es una generosidad tremenda a la hora de saber que lo importante no es quién luzca más, sino que el resultado sea lo mejor posible. Y con ese sentido del deber y la responsabilidad, y de la modestia, pues te pones a trabajar. Por ejemplo, en un tema tan complicado como dirigir, co-dirigir una película. Javier y yo lo habíamos hablado alguna vez pero sinceramente yo nunca lo había visto posible. Porque sabes que un director es como un dictador. Tiene poder absoluto y es muy complicado que ceda alguna parcela. Pues en este caso, de forma natural, hemos pensado que el resultado era más importante que nuestro propio ego, y hemos encontrado una manera de acomodarnos. Como Javier es mucho más técnico que yo, bueno, es que es muy técnico y yo lo soy nada, pues todas las decisiones que ha habido que tomar en ese sentido, si bien yo podía opinar estaba claro que en caso de duda iba a caer de su lado. Yo soy mucho más narrativo, más de estar con los actores. Muchas veces los actores no dan todo lo que pueden porque no saben lo que les estás pidiendo. Esa parte, de forma natural me iba cayendo más a mí y así hemos ido avanzando. Y para mí el resultado ha sido maravilloso. Yo he vuelto sabiendo que es posible que podamos dirigir algo más largo juntos. La verdad es que ha sido muy bonito, y más teniendo en cuenta que es mi hermano, que como todo el mundo sabe el tema de la familia y trabajar con familiares siempre es complicado. Para mí en los dos aspectos, como hermano y como director, ha sido superpositivo.
El cortometraje no ha se ha podido pasar por los colegios como estaba previsto, dadas las circunstancias. Pero, ¿siempre ha estado previsto estrenarlo este mismo fin de semana?
Luis Manso: Bueno, nuestra idea era que Movistar+ lo emitiera un poco más tarde.
Lo pregunto porque este mismo fin de semana era cuando estaba previsto que se estrenase en cines 'Historias lamentables'...
Luis Manso: Si, era este fin de semana cuando teníamos pensando estrenarla. Lamentablemente no ha sido así, pero afortunadamente lo podremos hacer en otro momento. Sobre 'El monstruo invisible', nosotros teníamos previsto un calendario de festivales bastante amplio, tanto nacional como internacional, previo a digamos su emisión en Movistar+. Todo esto lo ha complicado. Poco antes del confinamiento nos comunicaron que habíamos ganado en Medina del Campo, uno de los festivales más importantes en cuanto a cortometrajes, y no pudimos ir a recogerlo porque todo esto estalló. Todo esto ha afectado a nuestro digamos plan de exhibición y distribución, y ha habido que amoldarse. Nos propusieron adelantarlo porque les parecía oportuno y a nosotros nos pareció bien.
Guillermo Fesser: Igual que como hemos dicho antes el rodaje es flexible, que tiene que estar atento a la realidad del momento, a lo que se te pone delante de la cámara y no estar cerrado a nada, el plan de distribución también tiene que ser flexible y estar atento a lo que ocurre. Como lo importante es que esta película se viera, que llegara a los colegios y que los niños tuvieran participación... por ejemplo, a través de la web Cometas vs. Monstruos en donde Jordi Cruz, el de Art Attack, hace un tutorial muy fácil sobre cómo hacer una cometa con materiales reciclados, como hacen los niños de nuestra película. En la web se explica todo. Con el apoyo de programas como el de Buenafuente, la idea es hacer una volada de cometas en varios puntos de España, cuando se pueda y con las cometas que hayan hecho los chavales durante el confinamiento. Como respuesta desde España, como para decirles a esos chavales del otro lado del mundo, a esos chavales de Papandayan que desde España les hemos visto, y que vamos a echarles una mano. Entonces bueno, esa es la idea de todo esto en realidad. Que no están solos y a ver qué se puede hacer.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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