Hablamos con Álvaro Fernández-Armero y Juan Cavestany, creadores de 'Vergüenza'
Este viernes, 14 de Febrero, se estrena la tercera temporada de 'Vergüenza', serie original de Movistar+ creada por Álvaro Fernández-Armero y Juan Cavestany en colaboración con Apache Films cuyo reparto encabezan Javier Gutiérrez y Malena Alterio.
Seis nuevos episodios en los que Jesús se hace famoso debido a una metedura de pata con su hijo adoptivo, Yusuf, en medio de un partido de baloncesto. Era cuestión de tiempo que pasara. Un gran fenómeno viral que le situará como "el hombre más odiado de España"... que inevitablemente, le convertirá en una vergüenza nacional (incluso para James Rhodes).
No obstante esto no será más que el comienzo de la, para un servidor, mejor temporada de las tres y que llevará a sus protagonistas a vivir situaciones aún más extremas. A su vez, también será el comienzo de una trama más compleja que en las dos temporadas precedentes que coquetea, abiertamente, con el thriller y la intriga.
Una nueva temporada en la que la serie evoluciona hacia algo más relativamente refinado, en donde sin perder nunca esa sonrisa cruel -aunque para nada desalmada- se nos propone a su vez un jugoso misterio: ¿por qué la policía está interrogando uno a uno a todos los personajes protagonistas? ¿cómo se ha llegado a todo esto?
'Vergüenza' se consolida en esta tercera temporada como un gran placer para nada culpable. Una de las mejores comedias españolas televisivas de la actualidad, convertida ya en un referente y que a su irresistible sentido del humor suma un argumento que nos mantendrá expectantes hasta un final que... bueno, en fin, que nos deja con ganas de una cuarta temporada que esperemos llegue y no tarde en hacerlo.
Con motivo del estreno de esta tercera temporada, tuvimos la oportunidad de hablar tanto con sus protagonistas como (de nuevo) con sus creadores. A continuación la segunda de estas dos entrevistas, realizada el pasado mes de diciembre a sus creadores, Álvaro Fernández-Armero y Juan Cavestany.
Cuando nos vimos en San Sebastián, con motivo de la presentación de la primera temporada, comentasteis que 'Vergüenza' era esa idea que entre otras muchas, por alguna razón, se desmarcaba de todas las demás y os perseguía y/o la perseguías durante años, como una especie de obsesión. Ahora que ya es una realidad y que habéis realizado tres temporadas, ¿os sigue persiguiendo, os sigue obsesionando?
Álvaro Fernández-Armero: Bueno, es que ya te colocas en otro sitio. Ahora es como sacarle partido a lo que un día fue una idea. Una vez que la serie se ha consolidado, una vez que la gente conoce la serie y el concepto de la serie, lo que ha sido la tercera temporada es, un poco, poner en práctica todo lo aprendido hasta ahora y hacer por fin una temporada que realmente la hemos disfrutado más que nunca. La primera fue muy ardua de sacar, muy agotadora. Acabamos muertos. Porque también teníamos que buscar la manera de compenetrarnos, claro. La segunda también fue muy sufrida aunque de otra forma. Fue muy concienzuda, queríamos corregir errores y también ir hacia otro lugar. Y esta tercera sigue siendo un avance, y un formato de serie un poco diferente a las otras dos, pero, curiosamente, todo lo aprendido en las otras dos nos ha servido mucho, y ha sido un puro disfrute para los dos. Con lo cual, a la vez, creo que con esta tercera hemos saciado un poco esa obsesión que decías. Aunque tenemos posibles ideas para una cuarta, con esta tercera nos hemos quedado muy satisfechos con el resultado, y con a donde va la serie.
Es cierto que en la tercera temporada se nota un gran salto respecto a las dos anteriores. Mientras que la segunda repetía un poco el modelo de la primera, esta tercera supone toda una evolución en cuanto a estructura y sofisticación.
Álvaro: Si, eso es más o menos. Incluso dentro de la propia temporada, los segundos tres episodios también suponen un inesperado cambio de dinámica respecto a los tres primeros. Bueno, inesperado según avanza puede que no, pero sí se va tiñendo progresivamente más como un thriller, lo que la diferencia de las otras dos, está claro.
¿Esa es la manera de que una serie, temporada a temporada, se mantenga fresca? ¿Cambiar el compás de una a otra temporada?
Álvaro: Hombre, a nosotros nunca nos salió hacer lo mismo. Creo que nos habríamos aburrido nosotros mismos, y también abríamos aburrido al espectador. Yo creo que sí que hay que cambiar, son tiempos muy competitivos y hay que ofrecer siempre algo nuevo a la gente porque si no, tienes tantas ofertas a la derecha y a la izquierda, que van a acabar escogiendo a otros.
¿Estáis trabajando ya en la cuarta temporada, estáis pensando también en algún tipo de cambio drástico respecto a las otras tres?
Juan Cavestany: Tenemos una sinopsis de la cuarta temporada, que la elaboramos al mismo tiempo que escribíamos la tercera porque la historia se extiende más allá de esta tercera. Entonces, la cuarta es una continuación natural de lo que ocurre en la tercera, no supone ningún cambio drástico en especial. Tampoco consideramos que esta tercera suponga un cambio drástico especial. Esta es una serie muy peculiar, como cualquier serie que tiene sus peculiaridades, y una de sus peculiaridades es que está hecha exclusivamente por dos personas, que somos Álvaro y yo. Somos autores absolutos. No hay ni otros guionistas ni otros directores. Ni hay una producción que mueva la serie en otra dirección que no sea la que nos mueve a nosotros. Ni es un encargo ni está hecha o diseñada para atender un no se qué. Es una serie totalmente autoral, hecha por dos personas, y eso te da un grado de aparente libertad enorme aunque a la vez te limite. O sea, que está limitada por lo que se nos ocurre a nosotros dos. No hay un equipo de trabajo, no hay una coralidad en la escritura o el desarrollo. Es como algo a la vez muy pequeño. Corres el peligro de verte muy limitado en lo que cuentas. De quedarte estancado, de repetirte a través de situaciones incómodas y llegar a la planicie. Luchar contra eso es lo que nos ha movido a intentar pensar en otras cosas más que en reinventar la serie o esas cosas.
Porque Movistar+ propiamente dicho, dais a entender que acepta sin más lo que decidáis.
Juan: A ver, hay una interlocución con Movistar+. Muy buena, muy fructífera y que redunda mucho en el beneficio de la serie, y que es en el momento del desarrollo. Nosotros desarrollamos teniendo muy en cuenta sus comentarios y observaciones. Ellos analizan muy bien y tenemos una muy buena relación con ellos en ese sentido, pero ellos hablan sobre el material que nosotros entregamos. O sea, hablan sobre lo que nosotros proponemos, nos ayudan a encauzar nuestras propias ideas.
¿No ya Movistar+, sino vosotros mismos habéis "cortado" y/o "desechado" algo por exceso de vergüenza? ¿Alguna escena, momento o chiste que os pueda haber parecido demasiado desagradable o de mal gusto, que incluso os haya dado vergüenza a vosotros mismos?
Álvaro: No me suena. Una escena entera desde luego que no.
Juan: Creo que no. En la edición siempre se caen algunas cosas, pero no ha caído nada de concepto claro, de decir "esto no lo pongamos porque es demasiado esto", no, en ese sentido nada. Fíjate que después de 16, de 17 episodios no nos habíamos dado cuenta de que nadie había pillado a Jesús cagando. No nos habíamos dado cuenta de eso. De pronto nos dimos cuenta y nos dijimos que la tercera temporada tenía que comenzar con esto, que alguien le vea con los pantalones bajados y cagando (risas).
Recogiendo setas, claro.
Juan: Eso es. Nos dimos cuenta y nos dijimos, "eso hay que ponerlo". Es una idea que igual te pilla a mitad de la temporada y no tiene sentido meterla, pero que funciona muy bien como comienzo. Escenifica muy bien lo que es la serie.
En ese sentido, a la hora de escribir la serie, ¿vais desarrollando la historia y luego le vais insertando este tipo de chascarrillos? O al contrario, ¿vais recopilando chascarrillos y construyendo la serie en torno a estos chascarrillos?
Álvaro: La serie nosotros nos la planteamos muy desde el argumento. O sea, para nosotros es una historia. Cada temporada es una historia y en esta más que en ninguna, que hay una historia muy troncal y absolutamente protagonista. Nosotros pensamos en la historia, y una vez que tenemos la historia y hacia donde va el personaje, intentamos meterle en situaciones que nos hagan gracia. Pero siempre dentro de la historia. A veces estas situaciones son menores porque la historia no nos deja ir por ahí. Pero nunca lo hacemos al revés, nunca es la situación y después la historia.
Aunque la historia sea en realidad un drama, siempre se le da un tratamiento humorístico. ¿Dónde se encuentra ese equilibrio entre drama y comedia en el que te ríes al mismo tiempo que te apiadas de las desgracias de un personaje? ¿Cómo se llega a ese punto en el que conviertes el drama en un chiste sin por ello resultar insensible?
Juan: Hay un concepto que los actores manejan mucho que es la idea de "verdad". Los actores, los actores rigurosos, a los que les importa lo que hacen tienen muy en cuenta la sensación de "verdad". De ellos trabajar con una "verdad", de creerse lo que están haciendo, lo que les está pasando. Muchas veces te lo exigen. Digo en general, y estos dos monstruos en particular, Javi y Marina. Les gusta saber por qué. Ese criterio de "verdad", o de verosimilitud. Creo que nosotros tratamos de aplicarlo a la escritura y a la concepción de las situaciones. No sé si es como lo que has dicho, pero creo que lo que es dramático, o serio digamos, es el contexto. Luego como uno dialogue, como uno se comporte puede ser de muchas maneras, más serias o menos serias. Pero lo importante es que el contexto sea "verdad", sea verosímil. Y ahí creo que siempre estamos poniendo el radar, como muy fino, para que la cosa y la conexión con el espectador no se nos desbarate porque nos pierde el humor. Eso es un poco, contestando a como se logra ese equilibrio. Luego, supongo que es algo que se aprende a hacer. Con tiempo, con experiencia, con la escritura y la reescritura. Con el que lo lea uno, lo lea el otro, lo lea el de más allá.
A estas alturas el equipo de la serie debéis formar una especie de familia con un trato muy cotidiano. ¿Cómo separas la amistad del trabajo cuando hay que intentar mantenerse serios y centrados? ¿Es fácil distanciarse de las relaciones humanas a la hora de realizar una ficción que a lo mejor no tiene nada que ver con esos lazos personales?
Juan: Bueno, las relaciones humanas también pueden ser serias. No es que por ser amigos estemos siempre de cachondeo. Que también (risas).
Me refiere a que tratándose de una comedia, igual resulta demasiado tentador dejarse llevar por esa complicidad que os une e inconscientemente estar todo el rato buscando esa comicidad. Hay comedias que parecen que se ruedan para uno mismo antes que para el espectador.
Juan: Otra de las peculiaridades de esta serie es que la escribimos para Javier y Malena. Ellos están desde el principio. No la creamos y luego les llamamos a ver qué les parecía. La escribimos para ellos. Los personajes están adaptados a su persona. Han sido muy cómplices desde el principio y los cuatro estamos bastante en la misma longitud de onda de lo que nos resulta gracioso o creíble para cada personaje, y casi para cada situación. Entonces, ahí hay poca negociación. Es un proceso muy fluido, incluso a veces mecánico. No recuerdo muchos casos en los que hayamos discrepado por algo. En último término, o los actores hacen el acto de fe, que suele ser lo más habitual (risas), que al final digan "bueno, vale" y lo hacen... porque nosotros somos muy cuidadosos. Aunque les estemos pidiendo algo que no entiendan o con lo que no comulguen, si realmente luego no va a funcionar lo aceptamos y en montaje lo tratamos de corregir. También puede pasar lo contrario, que ellos propongan algunas cosas que nosotros en un primer momento no veíamos. Pero es verdad que en el rodaje la risa es una tentación. Javi es una máquina de ver oportunidades para crear, para meter una risa o lo que sea. Y eso está muy bien porque te hace estar muy vivo, en el proceso y en el guión. Pero también tiene su peligro como te vengas demasiado arriba.
Los dos habéis vuelto a dirigir cine recientemente. ¿Cómo ha sido lo de haber vuelto a dirigir una película después de haber hecho la serie?
Álvaro: Cada vez se parece más el cine y la tele. La verdad. No he notado... la diferencia es que en una película abarcas un único guión y una sola historia, y entonces te centras más en eso y te dispersas menos. Vas más al grano. Pero el equipo y la mecánica de rodaje es parecida.
Juan: Y más respecto a una serie como esta, que se rueda como una película. Es un rodaje de ocho semanas que se rueda por localizaciones, como una película. Una película dura dos horas del tirón, y la serie dura unas dos horas y media, o unas dos horas y 45 minutos pero a trozos. Es un poco más, y se aprieta un poco más porque todo va un poco más rápido, pero se cuida parecido. De hecho Álvaro ha hecho su película casi con el equipo de la serie (risas).
Álvaro: Con muchos de los integrantes del equipo de la serie, si. Y a veces a la película la llamaba serie y a la serie la llamaba película, para que te hagas una idea (risas). De hecho pasa mucho, se confunde ya a menudo lo uno con lo otro.
¿Por parte del público o dentro de la propia industria?
Juan: Yo creo que dentro de la propia industria. Gente cercana que sabe perfectamente que estás haciendo una serie pero te pregunta que qué tal la película. Pero es que es verdad que hay muchas similitudes. Y que hacer una película cada vez es más difícil. Cada vez es más una heroicidad. Hoy en día es casi algo a contracorriente.
En base a esto último, hoy en día cuando pensáis en un nuevo proyecto, ¿lo desarrolláis en base a lo que os salga, si es una serie es una serie y si es una película una película, o pensáis de antemano en el formato y luego os adaptáis al mismo?
Álvaro: Con lo poco que he pensando en torno a eso, me he dado cuenta que casi cualquier idea puede ser una serie o una película. Hay algunas cosas que puede que no, pero realmente no sabría qué ejemplo poner de algo que sólo pueda ser una serie o viceversa. Creo que tiene más que ver con las oportunidades que te brinda la industria. O sea, que hueco tienes tú en la industria o por dónde puede prosperar.
'Vergüenza' fue una de las primeras series originales de Movistar+, creo recordar que la segunda que se estrenó aunque fue la primera que se rodó según me contasteis en su momento. Ahora es también la primera que estrena una tercera temporada, y habéis dado a entender que la 4ª temporada aunque puede que no esté aprobada, si está sobre la mesa...
Álvaro: Bueno, lo de la cuarta no... la verdad es que... la tercera para nosotros es tan redonda, es... muy... casi como un resumen de las dos primeras temporadas. Todo se cierra mucho respecto a las temporadas anteriores. Quiero decir, es un buen final de serie para dejarlo ahí. Sería un buen final, me refiero. Nosotros tenemos ideas para una cuarta, aquella sinopsis que te hemos comentado. Pero no está escrita, ni desarrollada. Y creo que tendrá más que ver con decisiones que no están en nuestra mano, que son más de la empresa. De Movistar+.
En ese sentido, ¿sentís alguna responsabilidad al ser una de las principales series de Movistar+? ¿Alguna presión adicional? ¿O ya os habéis liberado de todo eso?
Álvaro: No. La verdad es que no, no.
Juan: Hombre, es verdad que la primera temporada si era algo en lo que se había depositado mucho tiempo, mucho esfuerzo y mucha confianza por parte de Movistar+. En aquel entonces si sentías una fuerte responsabilidad. Pero fue rápido, como además ahora con este tipo de plataformas de streaming se estrena de golpe y los datos vuelan se vio rápido que la primera fue como un tiro. Esa sensación de incertidumbre pasó muy rápido.
De aquella época, de cuando el lanzamiento de la primera temporada, a ahora con el de la tercera, ¿habéis notado algún cambio en la manera de proceder de lo que sería la "factoría de ficción" de Movistar+, ahora que después de dos o tres años este modelo de producción ya está consolidado dentro de la compañía?
Juan: Nosotros te podemos hablar sólo de la parte de desarrollo, luego en lo que respecta a la producción nosotros no entramos tanto en el día a día y no sabemos. Nuestra sensación es que como la serie funcionó bien desde la primera temporada, hemos contado con una gran confianza y un gran respaldo por parte de Movistar+. Tanto la serie como el equipo. Con nosotros siempre ha habido un diálogo fluido, todo ha parecido muy fácil. Para nosotros ha sido casi como un trabajo soñado. Por supuesto que había notas que leer o reuniones a las que acudir con la gente que está pagando la serie. Pero ha sido como muy fluido desde el principio. Ellos se reparten el desarrollo de cada serie, y cada serie la lleva un grupo de gente determinado. Y aunque ellos han tenido cambios en los equipos nosotros siempre hemos tenido los mismos interlocutores. Todo ha sido siempre muy operativo.
Cuando hablamos en San Sebastián hace un par de años, mencionasteis series como 'Larry David' o 'The Office' como grandes referentes. ¿Esas referencias han cambiado ahora? ¿Habéis enriquecido esas referencias con alguna serie más actual a lo largo de estos últimos años?
Álvaro: Si, si. Se han ido enriqueciendo, claro. Se han ido incorporando nuevas referencias como 'Catastrophe' o 'Barry'. Tú sigues viendo series, y ten en cuenta que hablamos que fue hace diez años cuando ideamos 'Vergüenza'. Fíjate si se han estrenado series desde entonces.
Juan: Aunque más que referencias nuevas, yo diría que es que somos muy consumidores de televisión. Y es que estamos como muy al tanto de lo que se hace y quieres que tu serie pueda jugar en esa misma liga. Y luego hay producciones que te gustan mucho cada año. Pero no creo que trabajemos pensando en "vamos a hacer esto porque me ha gustado aquello", no. Es verdad que nos ha gustado mucho 'Barry', pero no diría que es una referencia de la tercera temporada. Como referencia de la nueva temporada llegamos a hablar de los hermanos Coen. De "la trama Coen". Si, bueno, no. Somos conscientes de hay muchísima oferta, muchísima competencia, pero también de que queremos jugar en esa liga. De que el espectador que ve muchas series buenas también vea la nuestra.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
La primera era la presentación del personaje y su entorno, con un arranque brutal (con el tema de la ventana del wc) que ya dejaba claro la naturaleza del personaje y hasta qué punto podía dar vergüenza ajena y hasta que límite podía mantener y alimentar una mentira por no claudicar ante una pillada. La 2ª temporada la recuerdo como una sucesión más "a saco" de situaciones del día a día que te hacían tener esa sensación, a la par que provocar la carcajada de forma constante. Esta 3ª diría que pierde en comedia (aún dejando algunas carcajadas) pero gana en empaque y amplía a otros géneros, a una serie más seria y profunda.
La línea argumental central tira del "clásico" elemento de que los personajes de la serie hablen frente a cámara a alguien que los entrevista tras suceder algo realmente gordo y que analicen desde la perspectiva personal, a toro pasado, qué creen que lo causo y si lo vieron (o no) venir. Por tanto se juega con el suspense y la duda (con incluso toques de thriller) de qué habrá pasado y todas las piezas del puzle conducen al clímax final. Todo ello con un punto de partida, seguido de constante análisis y reflexión, sobre el efecto de ser viral, de la fama efímera y de lo cruel que puede ser la masa enfurecida. Jesús, el protagonista, consigue dar incluso pena y hacer que te pongas de su parte, aunque pronto sabe como lograr el pensamiento de "si es que todo lo que le pase es poco".
Sin duda, la trama nos cuenta y conduce a lo más gordo que le ha ocurrido al protagonista hasta la fecha por su forma de ser, más allá de anécdotas incómodas con familia o amigos, aunque ello no evita que nos deje cosas brillantes como lo de "buscar setas", a la altura del mencionado gag de la 1ª temporada del wc y la ventana. Pese a ir más al extremo que nunca y en algún momento puntual rozar pasarse de la exageración o algún instante sobreactuado, la serie consigue resultar natural, plausible y no es fácil.
En resumen, una de las mejores y más originales comedias de los últimos años, que aunque con el paso de cada temporada, lo tenga más difícil, sigue a un gran nivel.
A mí me parece mejor que las anteriores porque como comentas, es más completa a nivel dramático y narrativo. Me sigue pareciendo divertida pero no es simplemente más y más.
Aunque en la entrevista los creadores dijeron que la cuarta temporada no tendría por qué ser necesaria y que por el momento no estaba en desarrollo, sí pienso que la harán, y que además será ya sí que sí la última. Otra cosa es que puedan tardar en hacerla más que esta tercera, por aquella de terminar por todo lo alto.