Álex de la Iglesia es un cineasta de mucho nombre que lleva demasiados años dando muestras de sudapollismo. Un cineasta harto irregular e inestable que a menudo, demasiado a menudo, deja claro que no sabe cómo terminar lo que empieza. Por no hablar de la falta de autocontrol y su desaforado gusto por los excesos. Y claro, luego pasa lo que pasa. Una eterna promesa que desde los 90 pocas veces hemos podido abrazar con el pretendido entusiasmo.

'Veneciafrenia' es Álex de la Iglesia en modo "toma el dinero y échate a dormir". La primera entrega de la bautizada como The Fear Collection comienza con pies de barro, recordando, poderosamente, a las producciones low cost de la Fantastic Factory de Filmax. Y dejando cualquier nombre implicado al margen, sin mejorar tampoco a lo visto en Welcome to the (casi cualquier) Blumhouse. Cine "de explotación" que en otro siglo hubiera ido directo a vídeo.

Una obra muy genérica, facilona e impersonal, escrita con vagancia y rodada con aún más desinterés. Poco más que una pobre y torpe excusa para visitar Venecia con todos los gastos pagados, quien sabe si improvisada sobre la marcha. Una idea sin forma que no muestra ningún interés por desarrollar una premisa, sustentada y reducida a un homenaje genérico al que siquiera las escasas muertes dotan de fundamento. No hay terror, ni humor ni suspense.

No hay atmósfera. E incluso la ciudad de Venecia se muestra con la misma despreocupada indiferencia que si estuviéramos en, no sé, Albacete.

'Veneciafrenia' podría ser uno de esos falsos tráilers incluidos en el 'Grindhouse' de Rodriguez & Tarantino. Como el 'Don't' de un Edgar Wright que con razón aseguró que no tenía sentido convertir en película. 'Veneciafrenia' vendría a ser la innecesaria extensión de esa broma, sólo para fans a perpetuidad cegados por el fanatismo y que surge, me apuesto que sin más, de un mero oportunismo comercial. Cine de género servido en el plato sin procesar ni cocinar.

Por menos el Cura Ángel Berriatúa fue al infierno.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex