Visto lo visto, hay cosas que cuando las vemos parece que ya las habíamos visto. A menudo, demasiado a menudo. Una sensación que además, por lo general, suele venir acompañada de un "y mejor contado".

Si, pero tal vez no. ¿Acaso queda algo por contar que no se haya contado ya de alguna manera? ¿acaso no todo se puede resumir en lo mismo, y más de lo mismo una y otra vez, de una u otra manera? ¿acaso la vida de alguien es realmente tan especial como para ser verdaderamente... única?

Algo aburrido, indiferente, tonto, banal, gratuito... es lo que precisamente no intenta ser 'Una obra maestra', película inspirada en una novela de Charles Willerford en cuyo guión se intuye la mano del novelista Scott B. Smith, responsable de 'Un plan sencillo', tanto de la novela original como de su correspondiente versión cinematográfica dirigida por Sam Raimi.

La película lo intenta, y cuenta con un interesante planteamiento y un no menos interesante reparto al que el director Giuseppe Capotondi sin embargo no logra sacar verdadero partido, por más que su reflexión en torno a la concepción del arte pueda ser estimulante. La sensación es que la película se acaba quedando a medio camino, que la aparente y sugerente intención inicial acaba perdiendo la partida frente a la, también aparente, necesidad de ofrecer un giro argumental de todo menos sutil.

Que no es tanto una vocación artística como una cuestión mercantil. Sota, caballo y Rey. Y bajo su bonita portada una correcta obra alimenticia donde al igual que en un thriller de sobremesa, lo importante no es lo que pueda parecer, sino lo mucho que te pueda mantener despierto, cosa que por cierto logra hasta el final. Aunque ya la hubiéramos visto antes.

Y mejor contada.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex