'Un asunto de familia' es mayormente "una película de Hirokazu Koreeda" que, como cualquier otra "película de Hirokazu Koreeda" agradará, mayormente, a su público de la manera, y a la manera que lo suelen hacer las "películas de Hirokazu Koreeda". Al menos, en lo que respecta a un servidor, hasta que el vuelco que venía latiendo sutilmente desde el principio se adueña de la historia, cuando apenas quedan unos 20 minutos para el final (minuto arriba, minuto abajo), y desemboca en un tercer acto algo apresurado, y algo atropellado. En plan mazacote.

Esto no arruina su visionado ni mucho menos de lo que, en cualquier caso, sigue siendo mayormente "una película de Hirokazu Koreeda" hasta el final, pero si nos deja con la sensación de habernos quedado, en el cómputo global, "a medias" de haber visto una de Hirokazu Koreeda; esto es, con la sensación de habernos quedado con las ganas de revivir tardes mejores. O más emotivas. O más completas. O más redondas. O más satisfactorias. Y sin un final que más que un final, es un puente a medio construir rumbo al oscuro vacío de los títulos de crédito.

Tal vez sea una queja menor, ponerse demasiado puntilloso con alguien como Koreeda cuya compleja sencillez, cálida cercanía y emotividad diáfana suelen sentar las bases de un fuerte abrazo al final. No obstante, y a pesar de sus evidentes bondades, las habituales asociadas a "una película de Hirokazu Koreeda", este "asunto familiar" llega pero sin llegar a dar ese abrazo, más una reacción de cortesía que una verdadera muestra de afecto en un giro que abre nuestra cabeza en lugar de nuestro corazón. O cuando lo que falta se siente más que lo que hay.

Casi, casi, y tirando de época navideña, como si nos hubiéramos metido un polvorón entero en la boca.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex