'Tom y Jerry' no es 'Quién engañó a Roger Rabbit'. Desde luego que no. Es más, diría que tampoco es 'Looney Tunes: De nuevo en acción' en el caso que hubiera visto esta última, que creo que no. En aquella época no coincidió que tuviese un niño a mano con el que verla. O que me incitase a verla. Simplemente pasó de largo como tantas otras...

... como podría haber pasado de largo 'Tom y Jerry', que tampoco habría pasado nada. Porque no es el tipo de película que un adulto tenga por qué tener alguna necesidad por ver. Porque si eres fan de Tom y Jerry, ya tienes para eso la serie de cortometrajes que te incitaron a ser fan de ellos, como muy probablemente no logre incitarte esta película.

A un adulto al menos no, no así a un niño que sin duda disfrutará de ella; al menos, cuando salen Tom y Jerry. La mayor parte, y la que merece la pena de la película que precisamente lleva su nombre. Una película familiar, conservadora e inofensiva en la que casi todos los humanos y/o personajes no animados están de más y/o de relleno. O como si lo estuvieran.

Chloë Grace Moretz, Michael Peña o Rob Delaney tan sólo pasaban por ahí, con la mejor de las caras y sabedores de que cuando se mueran nadie se acordará de ellos por haber hecho esta película, menos aún por haber cobrado por ello. Una película que ningún adulto tiene por qué tener alguna necesidad de ver, salvo si es por culpa de algún crío con ganas de jarana.

Dicho crío la disfrutará, y lo que es más importante, en lo concerniente al adulto al que ha arrastrado hasta allí y ha pagado por ello, ni la sufrirá ni se sentirá estafado. La película no engaña ni a Roger Rabbit: 90 minutos tan animados como predecibles y tontorrones a menudo simpáticos y eficientes gracias a Tom y Jerry. Y es que no son malos, sólo les han dibujado así.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex