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'The Neon Demon' - La belleza de la rubia tonta

Vía El Séptimo Arte por 23 de noviembre de 2016
Imagen destacada

'The Neon Demon' es una de esas películas de las que sales pensando; sobre qué, tenga o no que ver directamente con la película en sí misma... es otra cosa, posiblemente mucho más personal y aleatoria que no tiene por qué coincidir con lo de la mayoría, si es que esta existe. Ni tan siquiera. Se trata de la nueva muestra de que a Nicolas Winding Refn, aka NWR, lo de la popularidad como que se la suda tanto como enseñar sus dientes con una sonrisa. El éxito mediático de la sobrevalorada 'Drive' no sólo no le ha pervertido, al contrario, le ha hinchado de un orgullo difícil de rebatir a la hora de seguir apostando decididamente, de manera inmisericorde e incluso kamikaze, por su estilo tan sensualmente plástico como a la vez aparentemente hueco.

La cinta, como ya lo era esa 'Solo Dios perdona' que a tantos abonados de última hora hizo dimitir, es una delicia a nivel visual, si bien y como también lo era 'Solo Dios perdona', a nivel narrativo este cruce entre el 'Showgirls' de Paul Verhoeven y la 'Suspiria' de Dario Argento presente bastantes carencias. Quizá sea porque su guión, con el que nos podríamos limpiar el culo si no fuera porque posiblemente rasque, sea bastante insulso y ramplón aunque cumpla con la única función que merece cumplir: Dar rienda suelta al gusto estético de un artista cuyo cine, por llamarlo de alguna manera, tiene más de expresión artística que de algo que podamos atribuir únicamente a algo como el cine, tan asociado a su labor cotidiana de lo entretenido.

Controvertida, por supuesto, aunque quizá no tan auténtica en su vanidosa intención de no dejar a nadie indiferente. Film de mínimos y para un público más bien mínimo formado por presuntos entendidos, con capacidad para interpretar lo absurdo como un arte y el arte como un absurdo sin ruborizarse, ni correr a resumir su opinión en un puñetero tweet como si hubiera entendido de qué habla. Un argumento nimio, un reparto del que brilla el nombre y una puesta en escena fascinante, idónea para dejarse llevar por la melodía cual colgado puesto hasta las trancas de... algo. Todo o nada, y a la vez cualquier cosa. ¿Estoy despierto? ¿Estoy dormido? La belleza de la rubia tonta, o eso dicen, si es que había algo que entender.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex


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Comentarios

  • Avatar de John Matrix
    John Matrix 02 de Abril de 2017, 08:03:42 PM
    Se da en The Neon Demon un curioso caso de acepción retribuida a las señas de la obra ya que
    cada espectador encontrará el modo en que juzgar su contenido a través de su aspecto y viceversa.
    Ahora bien, siempre he intentado que mis críticas, por inconstantes, no adolezcan de más o menos
    consideración al medio en un ámbito estrictamente formal, no por narcisismo, si no por ignorancia.
    Aceptar el principio básico de incertidumbre resulta el punto de partida adecuado para adentrarse en
    el corazón de lo último de Nicolas Winding Refn, el resto no es más que la presunción del que se procura
    hacedor, juez y verdugo en la concepción de estilo. Si aceptamos el principio básico de incertidumbre
    comprenderemos que el estilo no lo es todo, pero lo es, de ahí que el estigma les suponga un desafío
    mayor a la hora de posicionarse a favor de una película que abandona el sentido común y corriente en
    beneficio del instinto. Porque es más atractivo restar peso a la responsabilidad, a la tentación de otorgar
    significado y delinear el perímetro de aquello que, por derecho de nacimiento, es insondable.

    En "X-Men First Class" Michael Fassbender pregunta a Jennifer Lawrence "¿alguna vez has mirado a un
    tigre pensando que debías enjaularlo?" a lo que ella responde "no". ¿En qué lugar deja su respuesta al
    animal? a priori en uno de plena libertad. A priori, en apariencia, la vida y su cruel costumbre de ubicar
    todo lo que habita, todo lo que con inteligencia es capaz de adquirir un orden preliminar del espacio que
    ocupa o el que ocupan los demás. El deber de adoptar la imagen o el deber de rechazarla. Asentar una
    imagen propia al margen de la imagen que impera. Constituir una imagen en contraposición a la inercia
    de la imagen que podríamos forjar sobre nosotros mismos sin quererlo. Vivir la imagen, morir en la imagen.
    ¿Acaso importa? preguntan algunos. Sin duda, digo yo ¿qué si no?. Y con tal máxima y con tal descaro,
    The Neon Demon calibra su desarrollo en sintonía al, por así decirlo, orbe de la nueva ética representativa
    de la (por entonces y por ahora) sociedad.

    Con distancia y mala leche, Nicolas elige proliferar las credenciales de la narración en tres frentes tan
    válidos e imperceptibles como los límites que cualquiera sacrificaría a colación de dar sentido al tiempo
    dedicado, que nuevamente deteriora la imagen, que inevitablemente estamos en la obligación de conservar.
    En lo que respecta nosotros, para su director pervive el duelo entre el género, el estudio y... el estadio.
    Sin que por ello se deba interpretar que una de las tres es la correcta, la película jamás prescribe a su
    condición o al filo de la metáfora que tan mal acostumbradamente designamos como conclusión de un
    conjunto, del que consuela y esclarece el sentimiento de deuda cognitiva para con lo que se contempla.
    Con razón de más debería admitirse el error de injuriar su finalidad puesto que no la hay. Ninguna tesis,
    ningún alegato, ni feminista, ni reaccionario. The Neon Demon no es ni más ni menos que la negra
    madrugada de nuestro siglo, un recipiente, el precepto de origen a la metamorfosis letárgico/espiritual que acontece en un intervalo todavía por determinar. Aceptar de buen grado un rumbo a dedo en la oscuridad
    es tender la mano al vacío, por percepción de riesgo y por el encierro sensorial al que aboca cuando su
    dominio es total con los párpados abiertos.

    De ahí que la superposición holográfica a lo Michelangelo Antonioni resurrecto sirva como recurso principal,
    enraizando las pautas de su discurso en las entrañas de la metaimagen, esclavizando el dogma de belleza
    por la belleza sin necesidad de prescindir de ella, plantearlo a la inversa conllevaría no tener en cuenta sus
    posibles en el transcurso. Su daño, su consecuencia, su destinación, su propósito, el cual discurre entre
    la suspensión gravitatoria y la neurosis, el claustro. En principio como amenaza, a continuación como secreto,
    después como definición, finalmente como delito. Mientras que Elle Fanning atraviesa con candidez su particular
    cuento de hadas, uno al que poco o nada le queda por envidiar al Argento de Suspiria, con la inestimable ayuda
    de la auténtica dueña y señora de la función, Jena Malone, en un recital de represión, celos, voracidad y ternura sin precio ni medida, un trabajo imperecedero, temible, declaradamente suyo. La industria de la bulimia, la violación de la intimidad, alertas de la preservación de impunidad en hoteles de mala muerte, la imperdurabilidad de la juventud, el paternalismo recurrente no deseado, la posesión de lo virginal, la necrofilia como transmisor de un objetivo superior al orgasmo, la carne como transmutación etérea (sublime) de consumación personal, la repulsión del reflejo posterior, el vómito de fin de trayecto, las lágrimas de cocodrilo. No hay símil que transcriba o traduzca lo detallado aquí ya que no son más que acontecimientos, The Neon Demon abarca un tipo de comunión maldita y profana con la intención de alterar el statu quo del ciudadano racional para dar rienda suelta a sus más recónditos y aberrantes caprichos. De ceder a lo grotesco, de dar pie al subterfugio estético en el que nos sumimos día tras día, en un terreno yermo y finito que ya antecedía el ocaso de la especie desde la cuna. Purpurina y pulsión, escarnio y cacería, silencio y putrefacción... ¿y tu? ¿eres comida o eres sexo?.


    9/10
  • Avatar de Cansadodeloszombis
    Cansadodeloszombis 13 de Abril de 2017, 05:06:26 PM
    Con esta se confirma que Drive fue una suerte que parece lejos de volver a repetir.

    Menudo descaro el Refn a la hora de impregnar su obra ( tan personal) con el olor de Lynch.
  • Avatar de John Matrix
    John Matrix 14 de Abril de 2017, 01:28:36 AM
    Cita de: Cansadodeloszombis en 13 de Abril de 2017, 05:06:26 PM
    Con esta se confirma que Drive fue una suerte que parece lejos de volver a repetir.

    Menudo descaro el Refn a la hora de impregnar su obra ( tan personal) con el olor de Lynch.

    Suerte es que trate de no repetirlo, el cine de Refn existía antes del 2011, por más que se sepa conviene recordarlo.

    Y si hablamos de descaro, bueno, lo de Lynch es que no tiene nombre (advierto que es uno de mis autores predilectos)... esa manera de reinterpretar a placer el mito de Cassavetes en Opening Night con Inland Empire, apropiarse sin vergüenza alguna de los códigos presentes en la mayor parte del Giallo setentero, con calcos varios entre los que se encuentran la consabida Suspiria o Siete notas en negro de Fulci (o la lámpara que no inventó en Mulholland Drive atendiendo a la segunda).

    En fin, que Tarantino robó a Fassbinder en Malditos Bastardos, que Buñuel no es el padre del surrealismo y un largo etcétera... el cine ya no debería existir, si vamos a limitarnos a reducir la visión de los nuevos creadores a sus influencias (independientemente de su obviedad) es evidente que ya no nos merecemos nada más, hemos alcanzado el límite.

    Y lo digo sin ánimo de ofender, bastante harto tiene que estar ya el tío Nico de aguantar las comparaciones como si fuera el único en el panorama actual que mira de reojo al legado del de Montana, válgame Dios  :bueno
  • Avatar de Wanchope
    Wanchope 14 de Abril de 2017, 12:06:39 PM
    Cita de: Cansadodeloszombis en 13 de Abril de 2017, 05:06:26 PM
    Con esta se confirma que Drive fue una suerte que parece lejos de volver a repetir.

    'Drive' es más bien una excepción en la carrera de Refn. Es curioso la cantidad de personas que ignoran, o parecen ignorar, que la citada película es la octava de su director.
  • Avatar de orlando
    orlando 09 de Noviembre de 2018, 03:53:50 AM
    Esas películas donde se ven los personajes involucrados en riñas por el descontrol de los celos son interesantes ya que muestran hasta donde puede llegar una persona por celos y envidia, en este punto se pueden ver situaciones donde destruye la persona solo porque tiene lo que desean tanto y le hacen la guerra si piedad hasta dejarla en la miseria de auto estima esto en han bito de la vida es un desastre