'Estado eléctrico' - De por sí

De por sí. 'Estado eléctrico' es una producción... de por sí, en la que sus responsables piensan, creen o asumen que todo va a funcionar porque sí. Como si el cine fuera una ciencia exacta, como las matemáticas. Como si resolver una ecuación fuera un gesto rutinario... como si un matemático pudiera despreciar el proceso y quedarse sólo con el resultado. Como si uno más uno fuese dos porque las cosas son así, sin más.
¿Por qué o para qué el ingenio... si tienes dinero? Aún más si cabe en el mundo del streaming, cuando al "contenido" no se le exige exigir toda nuestra atención. No es como (se supone que es) en una sala de cine, tú y yo; es más bien, como mínimo, un "cuarteto": tú, yo, WhatsApp y, por ejemplo, la plancha. Como mínimo. También, que podamos parar la reproducción o desconectar sin miedo a perdernos, o a sentirnos perdidos.
'Estado eléctrico' sería un buen paradigma de este tipo de cine milmillonario, lo que lo hace aún más doloso que da por sentado que la ecuación funciona sin más, porque no hace falta que lo haga. Basta con que lo parezca. Es ese "arroz con cosas" que nos venden como paella porque los ingredientes son los mismos. Y es cierto, lo son... pero no saben igual. Y si no saben igual es por el cariño o la habilidad de quien la ha preparado.
Incluso algo tan sencillo como una tortilla de un solo huevo sabe mejor o peor según quién la haga. O de las ganas que le ponga. Y a juzgar por los resultados, a los hermanos Russo se la ha sudado bastante 'Estado eléctrico', hasta el punto que podría haberla dirigido su asistente; o peor aún, una IA. Y es que este producto binario de sopotocientos millones carece de lo que solemos entender como calor humano. Y de alma.
Sobre todo de alma, siendo la aplicación desapasionada y perezosa de una fórmula cuyo fundamento, visto lo visto, o desconocen o no se han parado a desentrañar. Así, nos queda una producción -que no una película- obvia, plana, rutinaria y simplona equivalente a estar comiendo albóndigas de bote mientras rememoras las que te hacía tu madre siendo niño. Una comparación no ya sólo indigesta, sino hasta humillante.
Aún más teniendo (muy) presente el poderío conceptual de la obra original de Simon Stålenhag o 'Historias del Bucle', la estupenda adaptación de otra de sus obras. 'Estado eléctrico', sin embargo, se queda en lo básico, elemental y superfluo, eliminando prácticamente todo rasgo de la obra original que la hace especial. Hasta el punto que hasta el diseño de los personajes resulta feo, e incluso extrañamente turbador.
Algo que no podemos achacárselo a sus estupendos efectos especiales, el único apartado en el que brilla una producción, por demás, excesivamente noña que además se toma demasiado en serio a sí misma. Lo que por otro lado deja en fuera de juego a Chris Pratt, el único que emulando a Jack Burton parece estar en el tipo de película a la que 'Estado eléctrico' y la BSO de Alan Silvestri sin duda están intentando emular.
Un tipo de película enterrada, pisoteada por su prominencia digital, su desdén conceptual y un guión plano y rutinario visualizado de manera igualmente plana y rutinaria. Ante esta metástasis poco hay que rascar, y lo que se presenta como el típico relato de aventuras ochentero acaba reducido a un desapegado, estéril, aburrido, largo y pesado desfile de tópicos cuyo alcance narrativo y/o emocional no llega ni a pie de página del original.
Aunque no hay mal que por bien no venga... al menos sirve para recordarnos 'Historias del Bucle', y para recomendársela a todo aquel que no la haya visto... y tenga tiempo para relajarse delante de la tele como hacía Roy Knable.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

Seguramente se ha dicho ya, pero nunca está de más recordarlo: los hermanos Russo fuera de Marvel Studios están más perdidos que un hijo de puta el día del padre. Con sus filmes dentro del Universo Cinematográfico de Marvel lo he pasado muy, pero que muy bien (especialmente con 'Vengadores: Infinity War' y 'Vengadores: Endgame', de los mejores visionados en pantalla grande de lo que llevo de siglo), pero cuando toca currárselo por ellos mismos, no terminan de dar el pelotazo. Se nota cuando la opinión general no es de entusiasmo y lo poco que he visto de ellos -esta y 'El agente invisible' que no cuento como visionado aún, aunque vi lo suficiente para saber que eso no iba a ningún lado- no me termina de enganchar.
'Estado eléctrico' se suma a una más de sus propuestas que, en principio, tenían muy buena pinta; pero tienen muy poca alma. Y mira que aquí lo intentan muy en serio con la trama entre los hermanos Michelle y Christopher, pero el camino se siente como muy previsible y con pocas sorpresas para el público. Incluso envolviendo la narrativa con unos efectos especiales objetivamente buenos, no consigue ganar para la causa.
Una causa en la que destacan como principales protagonistas: Millie Bobby Brown y Chris Pratt. Unos actores que han llevado gente a las salas o a la televisión, mas no creo que sean de esos que puedan sacar algo de un mal libreto. Ellos necesitan una buena escritura para sacar lo mejor de ellos mismos y aquí no lo hay. No dudo de que han puesto todo de su parte para dar la mejor interpretación posible; sin embargo, el guion de los -supuestamente- efectivos Christopher Markus y Stephen McFeely falla en captar el corazón del público. A pesar de los evidentes elementos humanos, el camino que transitan Michelle, Keats y compañía es como andar un camino que ya has recorrido antes: sabes como va a acabar. O, al menos, en un 95%. Especialmente cuando los dos protagonistas no tienen personajes muy atractivos para explorar. Sobre todo por parte de un Chris Pratt cuyo personaje parecía un Peter Quill de Hacendado.
Había mimbres para una muy buena o buena experiencia. Un reparto con nombres de la talla de Bobby Brown, Pratt, el siempre efectivo Stanley Tucci, otro grande de la pantalla como Giancarlo Esposito o un revalorizado Ke Huy Quan (más los actores famosos que prestan su voz como Anthony Mackie o Woody Harrelson); también contamos con la presencia del legendario compositor Alan Silvestri, alguien que ya sabemos de lo que es capaz de hacer. No obstante, este largometraje sufre de un fallo que no se puede obviar como es el de un fallido guion. Quitando alguna cosa de la trama hermano/hermana, por lo demás es algo que no tiene muchas sorpresas guardadas y la expectación poco a poco se va apagando. Incluso el trabajo de Silvestri no le da para maravillar como en otras ocasiones. Solamente otorga un trabajo efectivo y ya.
A estas alturas, creo que los hermanos Russo tienen que hacer una reflexión sobre ellos mismos. A la vista está que el soberano público no termina de convencerlos fuera del Universo Cinematográfico de Marvel y no será por filmes con actores de sobra conocidos y un crédito merecidamente ganado durante su etapa en Marvel Stduios. Aún con todo, no cabe duda de que no terminan de funcionar a la hora de volar en solitario. Ignoro si es porque necesitan control, por querer volar demasiado alto o por pura mala suerte. Sea lo que sea, 'Estado eléctrico' se suma a otro proyecto más de una lista en la que no hay triunfos rotundos lejos de los superhéroes. Va siendo hora de parar y decidir si esto es lo que se quiere. Si bien me ha entretenido en términos generales, a unos directores que han dado de lo mejor del subgénero de superhéroes pueden dar mucho más.
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