Este texto no podría comenzar sin darle las gracias a Amazon. Sé que es muy peligroso utilizar la gratitud para alinearse con una multinacional que, como cualquier otra multinacional del espacio, antes te cogería la cartera que la mano para evitar que cayeses al vacío. Pero no es culpa suya. Sólo es política de empresa. O de lo contrario no sería una multinacional de este espacio. Pero es que todos hemos sufrido, más de una vez, la cancelación de alguna serie de forma tan profunda que parecía que nos hubieran matado a un hijo... bueno, o al hijo del vecino ese tan mono que nos sonreía todas por las mañanas en las escaleras, para no ser tan melodramático.

En fin, que gracias. Gracias por no dejar que 'The Expanse' muriese después de tan solo tres temporadas. De tres temporadas tan sumamente entretenidas como lo es también esta cuarta, ahora respaldada íntegramente por una Amazon que como es de suponer, como es lógico ha apostado por la clara continuidad de lo que ha hecho grande a esta producción basada en la serie de novelas escritas por Daniel Abraham y Ty Franck bajo el pseudónimo de James S.A. Corey. Una fenómeno al que un servidor se ha apuntado a lo largo de este 2019, más vale tarde que nunca y en una de las decisiones más satisfactorias que he tomado como seriéfilo en los últimos meses.

Para quién la conozca, sobra la presentación: Para los que no tranquilos, que no voy a hacer ningún spoiler sobre lo sucedido... hasta ahora. 'The Expanse' es una suerte de "space opera" con tintes políticos sumamente entretenida que engancha, y mucho. Muy en la línea de las dos películas de 'Star Trek' dirigidas por J.J. Abrams. Es, ante todo, una serie "sumamente entretenida", si bien, bajo su apariencia de ciencia-ficción "a lo barato" esconde cosas muy interesantes, cada dos por tres, y unas cuantas sorpresas, también a menudo y a cada cual más agradable. Las apariencias engañan, pero en el buen sentido. No es la típica serie "cutre" que le queda grande a Syfy.

Tiene algunas limitaciones, especialmente de presupuesto... que 'Juego de tronos' nos ha malacostumbrado a todos, pero sus bondades están muy por encima de unas pequeñas e irrelevantes carencias que llegado el caso, le dan más personalidad que otra cosa. Como serie de ciencia ficción de corte espacial, desde luego, que ahora mismo no hay otra que resulte como mínimo, tan resultona. Tan sólida y adictiva, con un argumento que, al estar basado en una serie de novelas, se desarrolla a largo plazo y a través de varias temporadas conectadas de forma indisoluble. "¡La nueva 'Battlestar Galactica'!" dicen algunos de los que veían 'Battlestar Galactica'.

Regreso al futuro, a su cuarta temporada... una especie de un nuevo y oportuno comienzo que no obstante, tranquilos, cómo no, recupera como eje el gran cabo suelto que nos dejaba el final de su tercera temporada... aunque con un envoltorio más acorde a las posibilidades de Amazon que de Syfy. Resulta evidente desde el comienzo que esta nueva temporada cuenta con un presupuesto más generoso y un acabado más depurado, todo ello sin perder ni una sola de las arrugas obtenidas a lo largo de tres temporadas. No es como para que la podamos confundir con una superproducción de Disney+, pero desde luego el lavado de cara le acerca mucho más a la belleza de su interior.

La expansión del universo en la ficción, es también la expansión de las posibilidades de la propia serie. Si las anteriores temporadas era la Guerra Fría su reflejo espiritual en nuestra historia, en esta cuarta temporada sería la Conquista del lejano Oeste. Todo ello a lo 'The Expanse', por supuesto: Narrado de forma ágil y de forma extremadamente entretenida, en una cuarta temporada en esencia igual de grande que las anteriores, pero en apariencia aún más grande. Más completa. Más equilibrada en su relación entre contenido y continente. Una producción que sigue sumando temporada a temporada, esperemos que ahora más que Amazon ha permitido que su universo "se expanda".

En todos lo sentidos.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex