'Sugar' - Desapareció sin más...
Ante todo, una advertencia: si tenéis algún interés en ver 'Sugar', cosa que merece la pena, hacerlo de manera semanal. No esperéis a que esté completa, o de lo contrario... ya no será lo mismo. No puedo decir por qué, obviamente, pero es por la misma razón por la que no se la puede valorar, a esta serie aún más si cabe, hasta no haberla visto al completo. O como mínimo casi al completo...
Hecha la advertencia, centrémonos en lo evidente.
'Sugar' es un homenaje al cine negro clásico, el de blanco y negro. Algo, lo dicho, evidente desde su primera escena... no por casualidad, en blanco y negro. El punto de partida es obvio: hacer un "film noir" seriado que se desarrolle en la actualidad. Sin ir más lejos, el personaje de Colin Farrell es un cinéfilo que adora tanto el género que por eso es cómo es, y por eso hace lo que hace...
¿Y qué es lo que hace? Es un detective privado "aparentemente perfecto" que busca personas desaparecidas. Y es muy bueno en lo que hace; quizá, porque está tan metido en su papel que es lo único que hace. A partir de ahí, lo habitual en este tipo de historias: una chica desaparecida, una familia poderosa, la ciudad de Los Ángeles, la voz en off de su trajeado protagonista...
Tan evidente como que continuamente se van intercalando escenas e imágenes de películas clásicas. Tan evidente como para que pase un tanto inadvertido cómo, poco a poco, aunque ya desde su primer episodio, la serie va mutando en un especie de "neo-noir" con entidad propia. Al fin y al cabo, esto, después de todo, no es 'Chinatown'... y 'Sugar' se guarda una carta bajo la manga.
Ahora bien... ¿dicha carta es, como se suele decir, un as? Buena pregunta, controvertida respuesta. Dependerá de lo abierto que este el espectador ante un giro de los acontecimientos, todo hay que decirlo sin decir más de la cuenta, tan atrevido y arriesgado. Un giro que, por descontado, canibaliza toda la serie desde entonces y la marca a fuego, de principio a fin. Incluso de por vida.
En este punto me viene a la cabeza otra serie que no puedo mencionar por la obviedad de la asociación, por más que vista en perspectiva y en su conjunto 'Sugar', olé sus huevos, tenga su razón de ser. Engañosa y tal vez tramposa, sobre todo de cara al espectador menos predispuesto a las novedades y las sorpresas. Digamos, un espectador todavía más del siglo pasado que de este.
Porque, al fin y al cabo, 'Sugar' remite al "cine negro" desde una óptica moderna. Parte de un evidente homenaje a lo clásico para progresivamente apropiarse de la narracción en primera persona de Farrell, la cual utiliza como lanzadera para mutar en algo que, sin dejar de ser lo que estaba siendo, resulta mucho más actual de lo que parecía. Es, y al mismo tiempo no es, un engaño.
O sea.... es la máxima del "nada es lo que parece" llevado a un extremo que, en potencia, tanto podemos acabar amando como tanto podemos acabar odiando. Un punto de inflexión similar al de la buhardilla de 'Beau tiene miedo' que sin duda marcará a 'Sugar', una serie que, en resumen, es lo que parece que es mientras asienta las bases de la serie en la que acabará convirtiéndose.
Una transformación gradual que, como he comentado al principio, merece la pena descubrir por uno mismo... no dejan de ser tan sólo ocho episodios de poco más de 30-35 minutos cada uno a excepción del primero, que dura un poco más que el resto. Puede que te guste (como a mí), o puede que incluso te indigne, si bien lo más probable es que, como ser humano, te cueste olvidarla.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Por curiosidad, decir que me estaba refiriendo a...
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