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'Shining Vale' - La sonrisa fantasma

Vía El Séptimo Arte por 06 de marzo de 2022
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En 'Episodes' una pareja británica viajaba a Hollywood para hacerse cargo de la versión estadounidense de su serie de éxito. Esto es, para rehacer o adaptar una serie británica al gusto del público americano. Ese "concepto" me viene a la cabeza con 'Shining Vale', una vez leo en sus créditos el nombre como cocreadora de la también creadora de 'Catastrophe' o 'Motherland', Sharon Horgan.

De alguna manera, como si hablásemos de una suerte de 'Paul', aquella película escrita y protagonizada por dos británicos pero desarrollada en Estados Unidos al amparo del humor estadounidense. Una suerte de 'Paul', pero diluida a lo largo de ocho episodios de ni 30 minutos de duración que se dejan ver con agrado, pero cuyo impacto acaba siendo tan reducido como lo es su poso.

A efectos prácticos, 'Shining Vale' vendría a ser como una de esas bienintencionadas comedias de terror que solemos encontrarnos en festivales como los de Sitges. Lo que en dicho contexto suelo llamar la "clase media", no sé hasta qué punto de manera desacertada. Películas por lo general simpáticas y efectivas que cumplen su propósito de poner sabor a la vida durante el tiempo que duran.

Películas que por lo general cuentan con algunas buenas ideas y chistes, pero a las que les falta auténtica mala baba para sobresalir y, dejando de lado la sonrisa que suelen dejar a su paso o mención, erigirse en algún tipo de referente como 'Shaun of the Dead'. Producciones a menudo demasiado humildes, serviciales y respetuosas realizadas con más cariño que cualquier otra cosa.

'Shining Vale' vendría a ser una de estas películas, si bien presentada en forma de serie de televisión. Presentada, ya sea de forma algo alargada y/o diluida. Sus bondades siguen estando presentes, siendo que al igual que en aquellas no se busca tanto sorprender como la complicidad del espectador. Apelando a su simpatía y amor por el género, así como a su capacidad de tomarse las cosas a broma.

De eso se trata, al fin y al cabo. De una especie de broma cómplice que funciona en las distancias cortas en base a su autoconsciente servidumbre paródica, por más que en algún momento pueda encamarse con algún tema serio. Un adorno necesario para sustentar una historia que dura más del doble de lo que duraría de haber sido concebida para proyectarse en un festival como el de Sitges.

Esa "clase media" que decía al encontrarse "en medio" siendo, en su contexto, una apuesta segura a disfrutar en la misma medida que asumamos su falta de riesgo. O de empaque. O de finura. Como bien pudiera ser la versión estadounidense de una serie como 'Fantasmas', menos genuina y más artificiosa pero no por ello disfrutable en su justa medida: la de la complacencia de un domingo de resaca.

Vista así, su sonrisa y ocasionales hallazgos nos parecerán una compañía incluso aún más agradable conforme tengamos más presentes sus referentes.


Por Juan Pairet
@Wanchopex

Shining Vale

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