'Reyes de la noche' - La radio es asín
'Reyes de la noche' no es una serie sobre fútbol. Es una serie sobre la lucha de egos, el poder o la ambición. Pero sobre todo, una serie sobre la radio.
'Reyes de la noche' nos sitúa a finales de 1980 y principios de 1990. Una época en la que el periodismo radiofónico aún era el oído derecho del español de a pie. Antes de que hubiera más de dos canales de televisión, mucho antes de que Internet tirase las paredes abajo. Antes de que tuviéramos tantas alternativas a cualesquiera que fuera la versión oficial que no es que nos la creyésemos, es que no teníamos ninguna necesidad de ponerla en duda.
'Reyes de la noche' está inspirada en hechos reales, si bien, propiamente dicho, no cuenta una historia real... sin dejar de hacerlo, a su manera, claro: Es una reinterpretación libre y sin ataduras de algo que pudo suceder, y en algunos casos, de hecho, llegó a suceder. La realidad y la ficción se unen y entrelazan en una serie que juega con la nostalgia de un momento, mágico a su manera, en el que el mundo para muchos españoles no tenía ni cara ni pelo.
No se trata de un "biopic" aunque Javier Gutiérrez y Miki Esparbé nos recuerden continuamente a quienes no son pero no por casualidad, aparentan ser. Una producción ágil y elegante con la que es fácil sintonizar a la primera, ya sea por conocimiento o desde el desconocimiento, eminentemente cómica aunque no por ello carente de un importante componente dramático, y empaquetada con la habitual seriedad y compostura de la ficción original de Movistar+.
Una serie para variar, bien hecha, que por formato y su empleo de la metaficción recuerda a 'Mira lo que has hecho', con la que además comparte a la postre una sensación similar: Dejarnos con ganas de más. No obstante y a diferencia de lo que ocurría con la serie de Berto Romero, en 'Reyes de la noche' dicha sensación posee un cariz algo más amargo, quien sabe si derivado de un formato de seis episodios de treinta minutos en el que parece arrinconada.
'Reyes de la noche' se siente como una versión "resumida" de sí misma. Algo así como los quince últimos minutos de aquella final de la Copa del Rey de 1995 entre el Deportivo y el Valencia que a todos nos dejó con la primera cerveza aún en la mano. Puto Alfredo. Seis episodios de treinta minutos se antojan "muy cortos" para apuntalar convenientemente todo lo que parece proponer la serie durante lo que ella misma insinúa que, sin duda, se trata de una primera parte.
Eso no impide disfrutar de una producción intachable y altamente entretenida, ni mucho menos dejarse llevar por lo que pueda representar en manos de nuestras propias experiencias y recuerdos. Pero si juega en perjuicio de un poso inexistente que sin embargo apuntaba muy alto en sus primeros compases. Recurriendo a un símil futbolístico, es como si empezase marcando dos goles a los quince minutos y el tercero no llegase hasta la recta final del partido con todo ya decidido (o no).
La victoria se ha conseguido y se han sumado los tres puntos, pero de inicio apuntaba a una goleada y una victoria que al final se siente más rutinaria que satisfactoria. Y al día siguiente lo que veremos en la tele será un resumen dónde lo que hay entre medias de esos tres goles, como si no existiera. 'Reyes de la noche' vendría a ser el resumen de esa victoria convertida en trámite. Una victoria cómoda que valía en aquella época dos puntos. Un resumen tan directo como a la vez, efímero.
Como si no se hubiera sudado la camiseta, ni se hubiera estado entrenado entre semana. Como si en lugar de un reportaje de 'El día después' fuera el resumen de los goles del telediario del mediodía.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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