'Que viene el lobo' - The Investigation
A finales del pasado año se estrenó 'The Investigation', estupenda miniserie creada, escrita y dirigida por Tobias Lindholm en torno a "la investigación" llevaba a cabo por Jens Møller, el jefe de la unidad de homicidios de la policía de Copenhague sobre el bautizado como "el caso del submarino". Una serie inspirada en hechos reales que era mejor no conocer para saborear todavía más los pormenores de dicha investigación. Una serie que se desenvolvía de manera meticulosa y con frialdad quirúrgica a lo largo de seis episodios. Sin prisa, pero sin pausa. Pies de plomo.
Ahora nos llega 'Que viene el lobo', una no menos estupenda miniserie creada por Maja Jul Larsen que no sólo comparte el año de producción y la nacionalidad con aquella, sino también el mismo postulado narrativo como crónica pormenorizada de un caso que aunque sea ficción, perfectamente podría no serlo. En este caso es Lars Madsen, un veterano asistente social, el que se ve obligado a seguir unas migas de pan que sin embargo, a diferencia de lo que sucedía en 'The Investigation', no dan forma a ningún camino de baldosas amarillas que seguir.
¿Qué pasa cuando no hay más pruebas que la palabra de una persona contra la de otra? Todo se reduce a lo que creamos, o queramos o nos guste creer. Lo vemos y hacemos todos los días, a todas horas. Mal que nos pese, solemos juzgar a cualquiera de manera gratuita y casual, sin más fundamento que nuestro instinto, para nada infalible y tan condicionado por el momento o el entorno. Rara vez asistimos a un juicio público ante el que no tengamos de antemano un veredicto. Aún sin tener en verdad ni puñetera idea. Da igual. Da lo mismo.
"Te lo digo yo, hazme caso, que esto es así", se escucha en la mayoría de las barras de bar de España. Pero... ¿y si dependiera de nosotros y estuviéramos equivocados? 'Que viene el lobo' plantea un posible caso de maltrato infantil subrayando la mayor parte del tiempo lo de "posible". Tal vez sí, tal vez no. Quien sabe. Y un error en cualquiera de los dos sentidos puede ser fatal. Esa duda, maldita en la vida real y bendita en cualquier ficción. Es tan fácil juzgar a los demás, como tan difícil es afrontar las consecuencias de nuestros juicios de valor. O prejuicios. Tanto si estamos en lo cierto como si no.
La vida no es ninguna certeza ni está construida en torno a un único punto de vista, y 'Que viene el lobo' juega con esas múltiples verdades que se construyen en torno a palabras que después de todo, se las lleva el viento. Hablar es sencillo. Actuar es complicado. Por nacionalidad, estilo y cercanía la serie nos remite en la superficie y apariencia a la mencionada 'The Investigation' pero, evidentemente, con un punto mucho más emocional y melodramático que por remitir, nos puede remitir también a otras películas como 'La caza' o a otras series como 'The Legacy' que igualmente nos llegaron de ese mismo norte.
La riqueza de 'Que viene el lobo' proviene de la multitud de lecturas que plantea a múltiples niveles. De, al igual que sucedía en la mencionada película de Thomas Vinterberg, como un mero gesto puede dinamitar nuestra realidad y darle la vuelta a todo lo que dábamos por sentado. De situarnos ante una de esas historias de la que uno, a través de la duda, acaba sintiéndose parte. De su equilibrio y habilidad para elaborar una historia que plantea más preguntas que respuestas y que funciona de igual modo, y a partes iguales como drama familiar y como thriller de suspense.
Dejando de lado un pequeño giro que atenta contra aquella duda hasta entonces muy bien construida, el único pero que podríamos ponerle es que podría haber ganado en intensidad siendo seis episodios en lugar de ocho. Podría. Como 'Better Call Saul' podría durar cuatro temporadas y no seis, o como podrían en 'The Investigation' habernos mostrado mediante un flashback lo que había pasado en el submarino.
'Que viene el lobo' es una estupenda miniserie bien realizada, mejor escrita y aún mejor interpretada. Un robusto ejemplo de ficción sustentada, la mayor parte del tiempo, en esa bendita y maldita duda: La de un espectador al que no se le dice donde están el bien y el mal. Y no hay nada más angustioso que tener que asumir la responsabilidad de nuestra propia verdad. O de estar equivocados. O de no tener ninguna certeza sobre qué es lo correcto.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Muy cierto, pero en aquel entonces no encontré la manera de comentarlo en la crítica sin que la penalizase más de la cuenta. En ese sentido, yo siempre estaré a favor de no mostrar los hechos y que cada cual se monte su película.
En cualquier caso, creo que dentro de lo que cabe, la situación está bien resuelta y que aunque tire de comodín, al menos lo hace con bastante elegancia y sobre todo con un tramo final que en cierto sentido, lo arregla
Spoiler
Si hubieran obviado aquello a lo que nos referimos en el mensaje anterior, probablemente hubiera ganado siendo seis episodios en lugar de los ocho que son. Si lo hubieran incluido igualmente, creo que salimos ganando durando lo que dura.
Respecto a su duración también coincido contigo y eso que por momentos me pareció que podía pecar de redundar demasiado en alguna cuestión.