'Ninja a cuadros' - Coger el toro por los cuernos
Ojalá más películas de animación como 'Ninja a cuadros'.
Ojalá más películas de animación tan sorprendentes como 'Ninja a cuadros', capaces de suscribirse a un modelo de producción que respetan tanto como pervierten y desafían. El de un producto, en apariencia "para todos los públicos" que se eleva por encima de dicha apariencia, y sobre todo, de las limitaciones que parecen venir (auto)impuestas por ella para convertirse en algo así como 'La vida de Calabacín' que Pixar aún no ha tenido pelotas de hacer.
Una película de animación, de apariencia barata pero audiovisualmente muy bien apañada que no es exactamente para mayores, tampoco para menores y que oscila continuamente en torno a un raro pero muy estimulante punto donde la candidez y dulzura de la fantasía infantil se dan la mano con la descarnada y ácida picardía del mundo real. Un complicado ejercicio de funambulismo que 'Ninja a cuadros' logra clavar con energía, ritmo y muchísimo aplomo.
Ojalá más películas de animación como 'Ninja a cuadros'.
Ojalá más películas tan convencidas y plenamente dedicadas a respaldar la teoría de que otros mundos son posibles... aunque estén en este, que decía Paul Éluard. 'Ninja a cuadros' no deja de estar construida sobre lo que se presupone que presuntamente es, una película "en teoría que para críos" de sota, caballo y Rey ante la que sin embargo no se abandona a su suerte, ni te abandona a la tuya como suele hacer el cine de animación comercial.
Anders Matthesen coge el toro por los cuernos desde su primera escena, en la que muestra la crudeza de la explotación infantil con un niño siendo apaleado hasta la muerte. Si, han leído bien. Pero es algo mostrado desde la perspectiva de una cinta de animación que admite a concurso cualquier edad del espectro. No se confundan, mucho menos cuando es tanta la elegancia y finura para representar la realidad ante los que aún creen en los Reyes Magos.
Ojalá más películas de animación como 'Ninja a cuadros'.
Porque no tiene reparos en tratar a los niños como lo que serán ni a los adultos como lo que fueron, y con suerte, aún son. El mundo no es tan plano y soso como lo pintaban en las películas de Disney. 'Ninja a cuadros' no tiene miedo a dejar que su historia fluya libremente y se entrometa por donde le pille de camino, por más que siempre, por descontado, lo haga con la debida relatividad de una película que pueda ser dada por apta para su consumo popular.
Esto es, 'Ninja a cuadros' es una vigoroso y estilizado entretenimiento que no deja de serlo, o que a pesar de serlo se divierte retando a los espectadores de las más diversas edades. Más, mucho más que el relleno de un molde donde la sensibilidad no viene impuesta por un algoritmo. Una especie de reverso de 'Toy Story' menos melodramático y con inquietudes más europeas que podrían haber producido Chris Lord y Phil Miller en su casa a lo Robert Rodríguez.
En todas las pelotas.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex