Por lo general, toda producción sobre estafadores suele ser como mínimo entretenida. Al menos a mí a bote pronto no me viene a la cabeza ninguna que no sea como mínimo, entretenida. Ya sea mejor o peor, el tema de los engaños en el mundo del cine, la televisión y sobre todo el arte suele dar mucho juego. Como sin ir más lejos lo hace en 'Los artistas: Primeros trazos', una serie como mínimo muy entretenida. Como mínimo.

Muy entretenida, pero también bien planteada y con las ideas claras, lo que da lugar a una producción que además de entretenida, también resulta sobradamente satisfactoria en la medida que cumple más que de sobra. 'Los artistas: Primeros trazos' es el tipo de serie que sin duda gustará a los que se sientan atraídos por este tipo de series. Ágil y dinámica, y plenamente consciente de a qué juega y de lo que quiere ser.

Tanto, como para ser lo que parece ser pero al mismo tiempo plantear constantemente alternativas que dentro de lo esperado, refrescan la inercia con rutas alternativas que hacen del viaje algo emocionante. El romance entre sus dos protagonistas por descontado aflora, siendo de hecho parte esencial de su tesis, pero no canibaliza una producción mucho más coral y también mucho menos genérica de lo que podría parecer.

Además, 'Los artistas: Primeros trazos' no está supeditada al "nada es lo que parece ni nadie es quien dice ser" plegado a encadenar giro tras giro en busca de alguna sorpresa final y plantear la duda sobre quién está estafando a quién. Algo en esta ocasión positivo, en tanto en cuanto la firmeza traidora con la que se desarrolla convierte nuestra certeza en el principal engaño de toda una función, en resumen, bien orquestada.

Y es que por lo general, toda producción sobre estafadores, profesionales o casuales, suele ser como mínimo entretenida a poco que mantenga los pies sobre el suelo. Ya sea mejor o peor, el tema de los engaños en el mundo del cine, la televisión y sobre todo el arte suele dar mucho juego. Y en su primera temporada, ojo, 'Los artistas: Primeros trazos' no es la excepción, sino una bienvenida y agradecida incorporación a la familia.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex