Que se le va, le va, casi pero que no, que no se le va... del todo, pero porque puede que la partida llega a su fin.

El director de 'El mejor verano de mi vida' lo es también de 'Litus', adaptación de una obra teatral de Marta Buchaca que funciona muy bien durante su primera hora de película. Hasta entonces la película brilla, y lo hace particularmente por su equilibrio, en una obra de teatro (bien) filmada donde todos los elementos y personajes encajan de forma dinámica, amena y divertida. Hasta entonces, durante su primera hora de película, todo bien. Todo con convicción y buena letra.

Pero he aquí que a Dani de la Orden se le empieza a ir la mano, con el melodrama, y lo que hasta entonces era una melodía muy equilibrada se desparrama por el suelo como la víctima de un accidente. Y lo que también estaba compensado hasta entonces, historia y personajes, se descompensa en favor de un final que no es que no le haga justicia a la película: Es que incluso atenta contra la propia película, en un dulce que se amarga en los postres.

Curiosamente, por suponer lo contrario: Un vano intento por endulzar un relato claramente amargo. El "happy end" que sólo es cuando surge de forma natural, orgánica. La vida es como es, y una representación de la misma tiene que estar sujeta a la realidad. Y mientras 'Litus' se adhiere a la realidad funciona a las mil maravillas. Hasta que se revela como una ficción, como una película. De un relato conformista ávido de espectadores en busca de una básica remuneración.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex