'Sordo' - No me chilles que no te veo
Qué pena, qué lástima.
Qué pena, y qué lástima la que produce 'Sordo', una en potencia estupenda película lastrada por alguna que otra decisión artística del todo equivocada. Un "spanish western" claramente influenciado por autores como Sergio Leone y Sam Peckinpah que atesora grandes valores; en especial, aquel que despoja a ambas bandos de sus uniformes para transformar a sus portadores en personajes. ¿Otra película de la Guerra Civil? Pues no, para nada: La política en retaguardia, al frente casi siempre una película de acción enmarcada con suma elegancia audiovisual.
'Sordo' atesora grandes valores, en especial, decíamos, su falta de afiliación e insidia política. Pero en particular, su buen pulso para como en aquellos años, hacer que una peseta luzca en pantalla como veinte. Grandes valores que a la larga, pongamos que cinco meses después de su presentación en el Festival de Málaga, le permiten sobrevivir en nuestra cabeza como un recuerdo muy grato enmarcado muy por encima de todas sus decisiones equivocadas, más una serie de desafortunadas elecciones que de unos inoportunos errores.
Qué lástima que al guionista y director Alfonso Cortés-Cavanillas le de por divagar, y que en su búsqueda de un conflicto bélico alternativo transite por varios frentes sin agarrarse a ninguno en particular. La película tiene problemas de estructura, de guión, y también de ritmo, que no de un pulso que brilla en los momentos de tensión. Se hace algo larga y pesada. Y es una verdadera lástima porque a ratos logra cuadrarse a la altura de sus referentes. De erigirse como un más que probable mención recurrente, si bien de puertas adentro y no de puertas afuera, con más patria que orgullo.
Porque a pesar del lastre que acaba siendo a todos los niveles el personaje de Marián Álvarez, sobrevive por el buen sabor de boca de sus no pocos aciertos y el valor doble de sus (aguadas) ilusiones. Un "spanish western" que si bien podemos considerar que falla el tiro, también tenemos que valorar que lo hace porque lo ha intentado. O quizá sea porque en realidad no ha herrado el tiro, sino que estamos más acostumbrados a la contundencia de recicladores consumados como Quentin Tarantino que a la suavidad de recicladores en ciernes como Alfonso Cortés-Cavanillas.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
La globalización...