Que se le va, le va, casi pero que no, que no se le va (del todo). Sobre ese fino alambre se desarrolla la última película de Fernando Colomo, director que al igual que otros ilustres jubilados en activo de su quinta como Emilio Martínez-Lázaro, parece que trabajan por inercia... con la sensación bajo el brazo de que como ya no tienen nada que demostrar, pues eso, que poca cosa se molestan en demostrar que no sea en punto muerto.

La última película de Colomo es 'Antes de la quema', una "narco-chirigota" que, siendo justos, como pasatiempo veraniego tiene un punto simpaticote nada desdeñable pero, que al igual que 'El mejor verano de mi vida', como película se auto desprecian sobremanera. Una lástima, porque además de un chiste más o menos resultón, había también una película que a la mínima oportunidad que le dejan brilla por su maldita desidia.

Precisamente el director de 'El mejor verano de mi vida' lo es también de 'Litus', adaptación de la obra teatral de Marta Buchaca que funciona muy bien durante su primera hora de película. Hasta entonces la película brilla particularmente por su equilibrio, en una obra de teatro (bien) filmada donde todos los elementos y personajes encajan de forma dinámica, amena y divertida. Hasta entonces, durante su primera hora de película, todo bien.

Pero he aquí que a Dani de la Orden se le empieza a ir la mano, con el melodrama, y lo que hasta entonces era una melodía muy equilibrada se desparrama por el suelo como la víctima de un accidente. Y lo que también estaba compensado hasta entonces, historia y personajes, se descompensa en favor de un final que no es que no le haga justicia a la película: Es que incluso atenta contra la propia película, en un dulce que se amarga en los postres.

Al que no se le llega a ir es a Jon Mikel Caballero con su ópera prima, la interesantísima 'El increíble finde menguante', en una de esas pequeñas grandes películas condenadas, sin embargo, a vagar como almas en pena por la trastienda del cine español. El tipo de película que los Feroz se enorgullecen de ignorar porque, dicho sea sin tapujos, es tan fácil de sobrestimar como de subestimar. De valientes están llenos los cementerios.

Que no sea perfecta ni mucho menos es, en estos casos, una suerte de bendición. La película propone, intenta y juega (aunque no arriesga) con la premisa del bucle temporal a lo 'Atrapado en el tiempo'. Una premisa que a pesar de su obviedad, funciona por la buena mano tanto del director como de la actriz Iria del Río. También, por la humildad con la que gestiona su propia precariedad sin intentar ser más listo que nadie.

Y es que en 'El increíble finde menguante' encontramos algo que no encontramos en 'Antes de la quema' o 'Litus': Un discurso envuelto en un manto de honestidad de principio a fin.

Continuará...

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex