'Libélulas' es una película menos afilada de lo que simula ser, como la gran mayoría de las de su quinta. La ópera prima de Luc Knowles es una obra muy estética, donde sus refinadas formas de cine indie sobre adolescentes de finales de los 90 apalean a un fondo, y a un contenido que sólo adquiere "verdad" a través de sus dos protagonistas, Milena Smit y Olivia Baglivi.

Ambas, fantásticas, tanto juntas como por separado, sostienen con su presencia, ímpetu y buen hacer un relato que bajo su enérgica apariencia contestataria nunca se siente auténtico, en una realidad impostada que acaba pareciendo tan real (y hueca) como una sonrisa en Instagram a la que se le ha ido la mano con tanto filtro. Hueco y plástico dinamismo pasajero.

Como esa bonita imagen que llama la atención de primeras para luego, en apenas unos pocos segundos, ser olvidada en favor de una nueva imagen. Y así, una tras otra. 'Libélulas' carece de ese elemento, quiebro argumental o momento que la permitan sobresalir de entre tantas otras, siendo, a efectos prácticos, tan volátil como una de esas stories de Instagram.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex