Elena Escura debuta en el largometraje escribiendo y dirigiendo 'Les vacances de Mara' ('Las vacaciones de Mara' en castellano). Personalmente de ella sólo había visto 'Hàbitat', uno de sus notables y premiados cortometrajes. En el mismo rezumaba un talento y una sensibilidad especial a la hora de narrar que en este film confirma.

Vera y Mara son dos amigas de juventud que se reencuentran tras años sin verse ni tener contacto. Podría haber sido una historia de celos, reproches, gritos, efusivos abrazos, malentendidos amorosos, giros melodramáticos, llantos... pero por suerte no lo es. En un mundo cargado de ruido, en unas salas de cine con suficientes historias con artificios, épicas que trascienden espacio y tiempo así como grandes penas e historias de superación (disfrutables algunas de ellas, una cosa no quita la otra), Escura se aleja de todos los clichés, nos sorprende y nos trae un pequeño tesoro difícil de encontrar. Una historia de amistad, de empatía, de generosidad, de encontrarse a sí mismo, de encontrar tu lugar. 

'Les vacances de Mara' es un ejercicio maestro que callará a aquellos que utilizan el término "película sencilla" como algo despectivo o cuando no encuentran constantes y evidentes estímulos, dicen aquello de "en esta película no pasa nada".

Para mi el film tiene cuatro grandes protagonistas. Por un lado Mara y Vera, interpretadas de forma soberbia por Lorena López y Mireia Pérez. Por otro lado, el paraje de la "Serra d'Irta", ese maravilloso entorno con montaña y mar tan próximos uno del otro y que resulta vital para que la historia funcione lo bien que lo hace, además de ayudar a un excelente apartado fotográfico. Y por último, el silencio. No negaré que ante la falta de costumbre, acostumbrado al ruido y al ser tan poco habitual, me encontré extraño cuando en su arranque el silencio era tan protagonista. Pero rápidamente te das cuenta de que es un elemento más, importante además. Porque muchas veces Mara y Vera transmiten más por lo que callan que por lo que dicen. Porque Elena Escura aparte de alejarse de convencionalismos no quiere tomar al espectador por estúpido y quiere que saque sus propias lecciones y conclusiones, además de que sea partícipe en todo momento de lo que sucede, que se ponga en la piel de unos personajes con muchas capas magníficamente construidas.

Aunque personalmente y en global me transmitió paz, no se le puede negar, que aparte de todo lo citado, tenga elementos de thriller, de tenerte tenso por el comportamiento de especialmente Mara y por el hecho de qué pasará cuando explote una burbuja ficticia que tiene los días contados. Su resolución tampoco decepciona; es coherente con todas las buenas sensaciones y todo su gran hacer hasta ese momento, y culmina el bonito viaje a un bonito lugar que suponen estas vacaciones.

Está rodada en valenciano (proyectada con subtítulos para los no parlantes), lo que para mi no le resta ningún entero y sí que le suma un extra de credibilidad. Ese sentido de pertenencia, esas dos amigas que tras tantos años se encuentran y aun habiendo pasado una de ellas una larga etapa fuera, reenganchan a hablar como si el tiempo no hubiera pasado. 

En resumen un largomentraje y una forma de narrar a reivindicar, que por ahora puede verse en algunas salas de la Comunidad Valenciana, pero ojalá pronto pueda hacerlo en muchas más. Y que en el futuro se estrene en plataformas y llegue a cuanta más gente mejor. Para que la disfruten y para que Elena Escura y autores como ella siga trayéndonos más obras como esta.

Por Abrahán Guirao, AKA Calderilla
@Abrahán Guirao