Kaylee es una excampeona de boxeo que a pesar de haberse retirado sigue entrenando con un solo propósito: introducirse en el turbio mundo del tráfico de mujeres para encontrar a su hermana menor desaparecida. 'Hasta el final' es un solvente thriller de suspense que bajo su apagada, seca y fría apariencia genérica esconde un desarrollo más estimulante de lo habitual. Curiosa, más no por ello necesariamente mejor, más interesante o más efectiva.

Se trata, para entendernos, de una deconstrucción con un talante mucho más dramático que festivo, pretendidamente más realista y cercano que lo habitual en este tipo de relatos, por lo general, abandonados a lo lúdico y alimenticio. No es por lo tanto cine de explotación al uso, siendo una película con una personalidad más inquieta, cruda y también más triste que toma prestadas las convenciones del género para golpear con ellas al espectador más incauto.

Es, pero al mismo tiempo no es mientras recurre a la falta de respuestas como principal acicate. Esto es, aquel que guste de ficciones donde todo queda bien mascado se llevará un chasco. Lo estimulante de 'Hasta el final' reside en que al igual que la vida, se queda a medias de cualquier parte; por decirlo de alguna manera, como si estuviera a la espera de un programa como el de 'Crímenes' de Carles Porta que algún día pueda poner luz en la oscuridad.

O a nosotros, como espectadores se supone que con la capacidad de pensar por nosotros mismos.

Es, básicamente, una película no concluyente que, al igual que 'Pig', se permite el lujo de pervertir las expectativas con la complicidad de una muy buena interpretación protagonista, en este caso de la boxeadora Kali Reis. Una obra a contrapié llamada a incordiar, especialmente a los más puristas. Una película relativamente incompleta que, a medio camino de ninguna y de todas partes a la vez, no busca tanto nuestra aceptación como nuestra comprensión.

Más estimulante, curiosa. No por ello necesariamente mejor, más interesante o más efectiva.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex