Diez, y no más. Quentin Tarantino asegura que su próxima película será la última. Uno de los motivos es que no quiere acabar como Woody Allen. No se equivoquen: Tarantino lo dice sin señalar a nadie, por más que 'Golpe de suerte' ejemplarice a la perfección lo que quiere decir. Aunque es verdad que entre hacer diez como las que él quiere hacer y las cincuenta que ha hecho Allen hay un enorme trecho...

En fin, 'Golpe de suerte' es la película número 50 de Allen, un cineasta que mucho me temo hace ya años que dejó dicho todo lo que tenía que decir. Su obituario ya está escrito, y parece difícil que forme parte de él alguna de sus últimas películas, las cuales recordamos más por la cercanía que por cualquier otra cosa. Como por ejemplo 'Irrational Man', cuyo título admito que he tenido que consultar...

No he podido dejar de pensar en ella viendo 'Golpe de suerte', película aún más de escasa transcendencia lastrada por la evidente (y molesta) sensación de ser un título concretado sin ambición alguna, totalmente rutinario y desapasionado. Dicho pronto y mal, a Allen "se la suda", y el resultado en el mejor de los casos es correcto, si bien más por la incuestionable profesionalidad de los implicados.

Con Lou de Laâge a la cabeza, el sostén de un filme que deambula con parsimoniosa insuficiencia entre la comedia, el drama y el thriller sin ser ninguna de ellas. Sin ser en verdad nada: una obra vagamente entretenida en la que no hay elemento que se sienta novedoso, fresco o relevante de alguna manera, siendo un filme fruto del talento desgastado de alguien que no tiene nada que demostrar...

... y aún más importante, ni ganas de intentarlo siquiera.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex