'El museo de las maravillas' - Un Titanic rumbo al iceberg
Ben y Rose son niños de dos épocas distintas, una en color y otra en blanco y negro, que desean en secreto que sus vidas sean diferentes. Ben sueña con el padre que nunca conoció, mientras Rose lo hace con una misteriosa actriz cuya vida narra en un libro de recuerdos. Cuando Ben descubre una pista en casa y Rose lee un tentador titular en el periódico, ambos comienzan una búsqueda que se desarrollará con una simetría...
... en teoría fascinante, pero en la práctica sólo interesante, lo que viniendo de un realizador como Todd Haynes siempre resulta ambivalente. Un sentimiento encontrado que define a 'El museo de las maravillas', una "historia sobre lo que nos hace diferentes, y sobre el valor que hay que tener para encontrar nuestro lugar" que no acaba de encontrar ese mismo valor necesario para encontrar el lugar que la haga... fascinante. Casi, pero no.
'Wonderstruck' en inglés, 'El museo de las maravillas' en español es una producción complicada que puede ser valorada como un pulso entre esta y el director como ya lo fue en su momento 'La invención de Hugo', también inspirada en un relato de Brian Selznick. En aquel entonces Martin Scorsese, ahora un Todd Haynes que después de 'Carol' también ha querido probar suerte con a la postre, su filme más familiar, accesible y comercial.
De dicho pulso sale ganando 'El museo de las maravillas' como película, mientras sale perdiendo Todd Haynes como autor lo que, en cualquier caso, es un punto a favor del espectador que encuentra a un artesano al mando de un Titanic rumbo al iceberg. El mimo, buen gusto, refinamiento y atención al detalle de Haynes evidencian que no hay película pequeña, sino directores mediocres o peor aún, acomodados en la rutina.
Una delicada e inocente fábula para todos los públicos a la que o bien le cuesta arrancar, o bien que la aceptemos que no obstante mejora según va relevandose aunque, cómo no, el puzzle sentimental que propone suponga un arma de doble filo... aún en manos de un Haynes. Pero imagínense en otras manos: Un Titanic rumbo al iceberg... que Haynes, como artesano, ha transformado en una pequeña y humilde "maravilla".
'El museo de las maravillas' es ese término medio pocas veces bien ponderado que tiende al ángulo muerto del espectador. Entre el bien y el mal, en medio de una escala de grises que no levanta pasiones -ni a favor ni en contra- aunque el trabajo de artesanos como Todd Haynes los dignifique al máximo. Se quiere más, se teme menos, y así es como al final la clase media, ambiciosamente temerosa, vota a quien vota...
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex