'El clan de hierro' - Boys Don't Cry
La lucha libre profesional siempre ha estado envuelta de cierta polémica. El uso probado de esteroides durante muchos años, muertes repentinas de luchadores en extrañas circunstancias o el caso Chris Benoit son algunos de los ejemplos más mediáticos de los problemas que han envuelto a este deporte-espectáculo. Una fantástica serie documental, 'Dark Side of the Ring', lleva encargándose varias temporadas de investigar este tipo de sucesos, con cariño y respeto por los involucrados y sus familias, pero metiendo el dedo en la llaga para llegar al fondo del asunto. Con esta producción descubrí la historia de la familia Von Erich, uno de los capítulos más impactantes de la serie, que ahora A24 ha llevado a la gran pantalla con 'El clan de hierro'.
Al estar hablando de una película basada en hechos reales, se podría decir que los spoilers como tal no existen, pero recomiendo encarecidamente no leer nada sobre los Von Erich antes de verla. En mi caso, voy a intentar no destripar muchos detalles de la trama para no estropearle a nadie el visionado. El punto de partida es sencillo: una familia dedicada al wrestling tiene como objetivo llegar lo más alto, aunque esto suponga tensar las relaciones entre ellos, soportar a un padre tóxico en todos los aspectos que uno pueda imaginar o sobrellevar la maldición de los Von Erich, un sambenito que han tenido que aguantar toda la vida. Desde dónde partimos y hacía dónde acabamos yendo son dos cosas muy distintas.
Me resulta imposible no mencionar películas como 'Rocky' o 'El luchador' de Darren Aronofsky. 'El clan de hierro' comparte elementos con ambas, resultando evidente la influencia de ellas en el tratamiento que da a sus personajes, pero aquí el deporte es puro trasfondo. Esto no es una historia de superación ni tampoco de redención. Si que guarda algunos momentos para fanáticos del deporte, para dejar en su lugar a aquellos que no entienden la esencia del wrestling y sueltan idioteces como que la lucha libre es falsa. Pero aquí se nos está hablando de algo más profundo, más doloroso. Algo que trasciende mucho más allá de ser el mejor o conseguir el respeto de los aficionados. Nos habla de cómo gestionar la perdida, la muerte de un algo o un quién.
Sean Durkin es el encargado de dirigir y escribir este drama familiar, conocido principalmente por 'Martha Marcy May Marlene', por la que ganó el premio a mejor director en el festival de Sundance y estuvo nominada a varios premios en festivales importantes, como Cannes. A simple vista, puede parecer que el trabajo de dirección sea discreto, pero está lejos de serlo. Tiene una gran economía del lenguaje, usando las transiciones para mostrar en lugar de explicar y dando importancia a momentos cotidianos para definir a los personajes. No diría que la palabra sutil sea la adecuada para definir lo de Sean Durkin, pero sí es elegante y ante todo, sensible. Sensibilidad y delicadeza es lo que hacía falta para contar esta historia; justo por eso se centra en el punto de vista del hermano mayor, interpretado por Zac Efron.
La actuación de Zac Efron es descomunal. Su no-nominación al Oscar a mejor actor protagonista solo la entiendo como consecuencia de una discreta campaña de marketing y, precisamente, por lo discreto de su personaje. Por no ser exagerado, por ser humano, por no destacar de la forma en la que lo suelen hacer los roles nominados. Hay un trabajo de contención alucinante y una capacidad sorprendente para hacernos olvidar su pintoresco aspecto. Efron hace un tiempo que demostró ser un buen actor, pero este papel es la deconstrucción de la idea que se tiene de él. Un trabajo serio, que traspasa la pantalla para llegar directo al corazón, sin ser lacrimógeno. Una de las mejores actuaciones de 2024, sin duda.
Este personaje, Kevin Von Erich, será la piedra angular del largometraje, en paralelo con Fritz Von Erich, el padre de familia al que da vida Holt McCallany ('El declive de Patrick Leary', 'Mindhunter'). Este, como el resto de personajes, no tienen la complejidad de Kevin, pero están igualmente fantásticamente interpretados por un reparto maravilloso. Aunque destaca por encima de las interpretaciones el gran trabajo de guion en el núcleo familiar, en darle a cada uno de los hermanos su espacio para expresarse y desarrollarse, para comprender porque son una familia en petit comité dentro de la familia disfuncional que forman los Von Erich. Así es como consigue reflejar el sentimiento de hermandad tan grande que hay entre ellos mientras vemos la masculinidad frágil que sufren de forma indiviual, sea por un motivo u por otro, y que les afecta de forma irremediable en su manera de sobrellevar las cosas.
No puedo contar mucho más sobre ella sin destrozarla, así que lo voy a dejar por aquí. A modo de resumen, decir que 'El clan de hierro' es una gran película, un drama familiar que fácilmente consigue hacerte empatizar con sus personajes gracias a un guion fabuloso y una dirección fantástica con la que Sean Durkin le imprime el ritmo necesario para que todo vaya rodado. Es un puñetazo al estomago de esos que uno no olvida, rodados con elegancia, sensibilidad y mucha contención, desembocando en unos minutos finales memorables, tristes y preciosos. La maldición de los Von Erich llega a su fin, pero al espectador se le quedará grabada a fuego en la memoria. Larga vida a los hermanos Von Erich (y al wrestling, claro).
Por Marc Sacristán García
@TheLebowskiMan