'El asesino del juego de citas' - Contacto sin tacto
No sé si tiene mucho sentido, pero mientras veía la primera película como directora de Anna Kendrick no podía dejar de pensar en 'El último late night' y en 'Strange Darling'. Y también un poco en 'Mallrats'. Pero sobre todo en 'El último late night' y en 'Strange Darling'. De hecho, la sinopsis de 'El asesino del juego de citas' me remite por inercia a ambas, aunque sólo sea porque las dos se han estrenado en nuestro país en los últimos meses.
Esperaba algo cuanto menos juguetón, filoso o espabilado. Algo en la línea de las citadas películas. Algo que pudiera recordar cinco minutos después de... pero no. 'El asesino del juego de citas' es una película plana y rutinaria que ofrece muy poco a lo que agarrarse. Su propósito es obvio y claro, meridiano. Pero no hay nada que a nivel de guión o de dirección lo vertebre de una manera práctica o útil, narrativa o dramáticamente provechosa.
Son una suma de escenas sueltas y un tanto aleatorias. Triviales. Correctas por separado, pero que no suman un conjunto que desfallece ante la pesada losa de la obviedad de un desarrollo sin sorpresas, nada de mala leche o ningún momento de impacto. Un desarrollo descafeinado, rutinario, inerte, impasible, que hace de 'El asesino del juego de citas' un telefilm programático sin pegada, alma ni tampoco glamour que invita a cambiar de canal.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex