'Echo 3' - En tierra hostil
La primera serie creada por Mark Boal no es exactamente lo que podría parecer que es vista desde fuera, o que incluso puede aparentar ser durante sus primeros episodios. Esto es, no es la típica producción "de acción" en la que un par de soldados estadounidenses viajan hasta Sudamérica, que al igual que Europa o África, a menudo para ellos parece ser un sólo país, para librar una guerra por su cuenta. Muy largos se hubieran hecho sus diez episodios de haber sido (sólo) así.
Boal, periodista reconvertido en guionista, es conocido sobre todo por sus tres colaboraciones con Kathryn Bigelow: 'En tierra hostil', 'La noche más oscura' y 'Detroit'. Tres películas mucho más maduras y complejas de lo que podría indicar su apariencia de thrillers al servicio del Estado, la industria o los premios. Lo mismo que ocurre con 'Echo 3', serie que al igual que dichas películas se vale de su apariencia y de la acción para sumergirse en territorios mucho más... grises.
Vamos a seguir llamándolo patriotismo. Pero más crítico y plenamente consciente del mundo que le rodea. O de que hay un mundo más allá de dicho patriotismo, capaz de señalar en un mapa Colombia o Venezuela. De dejarles hablar en su idioma; de al igual que en 'ZeroZeroZero' darles tiempo a expresarse y a que en lugar de sólo "estar", sean personas de carne y hueso como los estadounidenses, también, en esencia, personas... aunque no necesariamente "perfectas".
'Echo 3' podría estar protagonizada por Mark Wahlberg, pero no lo está. Porque no es una serie de acción al servicio del consumidor. Ya sea con mayor o menor fortuna, Boal está más interesado en lo que habría quedado fuera de plano de haber sido una película protagonizada por Mark Wahlberg como por ejemplo 'El único superviviente'. En dar textura, profundidad y matices. En aprovechar el metraje para no quedarse en lo básico y lo superficial, en lo de "buenos" y "malos".
La acción sigue teniendo mucha relevancia, pues no deja de ser una serie "con acción". Pero está planteada de una manera realista, más fría y práctica, y haciendo siempre hincapié en el suspense y los personajes antes que en el número de disparos o de muertes. Dándole un debido fundamento dramático, que es de lo que se trata. De hacer una serie que pueda sentirse, en mayor o menor medida, como algo creíble y tangible. De contar una historia, no de hacer propaganda.
Y lo consigue, aunque bien pueda ser considerada como "una serie de acción para los que no les gustan las series de acción" que a los que sí les gustan les pueda resultar un pelín lenta o algo diluida en diez horas. No deja de ser estadounidense, y los estadounidenses no dejan de ser los estadounidenses (que diría Don Mariano). Pero las inquietudes de Boal van más allá de dicha obviedad, tratando de reflejar que la condición humana es mucho más... inclusiva.
La acción está (bastante) bien, pero es el drama el que marca la diferencia, que no necesariamente la satisfacción de un medio/medio tan distraído como a la postre, altamente estimulante.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
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