'Descarrilados' - Vivo en la vía
Por resumir e ir al grano: 'Descarrilados' es una de esas comedias en las que Arturo Valls hace de Arturo Valls, Julián López hace de Julián López, y Ernesto Sevilla hace de Ernesto Sevilla. Mayormente. A grandes rasgos. Por generalizar. Lo que se dice una comedia cuyo parecido con una película de verdad es relativo y circunstancial y su única meta en la vida es hacer reír al prójimo, a ser posible de forma sana e inofensiva.
Y más o menos lo logra mientras que nos distrae entre parada y parada, léase esto con doble sentido. O no. Claro que dependerá en gran medida de la tolerancia que cada uno le tenga a los tres sujetos anteriormente mencionados, una especie de tridente a lo Messi, Suárez y Neymar que llevan todo el peso del equipo y del equipaje. Tres "cómicos" de probada solvencia y de sobra conocidos que están, por estar, en su sitio.
Un sitio dentro de la zona de confort de este tipo de producciones, claramente comerciales y sin ninguna inquietud artística que no esté sujeta a lo necesario para que todo tire hacia adelante con cierta coherencia y sentido (del honor y la vergüenza). Como aquel amigo con el que haces un viaje como el Interrail, sin ir más lejos, y de París a Berlín pasando por Roma prefiere ir de bar en bar que de monumento en monumento.
Es una pena... o no. Depende de como se mire. Porque como toda comedia medio decente, 'Descarrilados' cuenta con una base que podría haber dado para algo... más. Algo más completo, redondo y mejor hilado, especialmente a nivel dramático. Para algo más que una ristra de bromas, chistes y gags. Para algo como 'El gran Lebowski', el ejemplo perfecto de una comedia excelente que también es una excelente película.
Pero no. 'Descarrilados' engaña o disimula aún menos que sus cantosos cromas, siendo una de esas comedias tan típicamente españolas que, mayormente, a grandes rasgos, por generalizar, viven de explotar a base de chascarrillos una premisa a la que le da poco el sol. Un acoso y derribo que funciona, cuando lo hace, por su honestidad como la simpática (o cargante) tontería que uno espera encontrar con estos mimbres.
Su belleza, para quien se la quiera encontrar, radica en su sencillez.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
3/10