'Condena' - ¿Has estado antes en la cárcel?
¿Has estado antes en la cárcel?
Al poco de comenzar 'Condena', eso mismo es lo que le pregunta un funcionario de prisiones por rutina y protocolo a Sean Bean, protagonista de este relato que a lo largo de tres intensos episodios de una hora cada uno nos sumerge en los pormenores de su estancia en prisión. Su primera vez. La primera vez de un hombre ordinario, normal y corriente. Alguien que podría ser cualquiera de nosotros, ciudadanos medio decentes que no andan buscando problemas (aunque alguna vez estos nos puedan encontrar a nosotros).
¿Has estado antes en la cárcel? Personalmente, no. Y en una británica aún menos. Siquiera he ido de visita. Lo más que visto ha sido lo que he visto en películas como 'Cadena perpetua', 'La milla verde', 'En el nombre del padre', 'La roca', 'Fortaleza infernal', 'Fuga de Alcatraz', 'Celda 211', 'Un profeta', 'Bronson', 'Papillon', 'La leyenda del indomable', 'El expreso de medianoche', 'Brawl in Cell Block 99', '1997: Rescate en Nueva York'... lo cierto es que hay miles y miles de historias ambientadas en todo tipo de cárceles de todo el mundo.
¿Qué es lo que tiene de especial 'Condena'? Todo, y nada a la vez. A través de la ficción hemos estado muchas veces en prisión, en todo tipo de prisiones del pasado, presente y hasta del futuro. 'Condena' se las ingenia para que como le ocurre a Sean Bean, sea (como si fuera) la primera vez que estamos en una. Más importante aún, para que sintamos que estamos realmente dentro de una prisión, en donde todo es condenadamente tan real y crudo como nos han hecho creer y (ahora) creemos que puede llegar a ser en la vida real.
Lo que duele duele, y lo que de verdad duele es de verdad desgarrador. Llorar es una opción recurrente dentro de un relato que a menudo, demasiado a menudo se siente como un puñetazo en la boca el estómago. 'Condena' es una paliza emocional en tres actos. Algo que busca ser (y encuentra) con premeditación, saña y alevosía, pero en el mejor de los sentidos: El de un duro y demoledor pero a la vez esperanzador y emotivo relato que se hace aún más fuerte en la humanidad de unos personajes de carne, hueso y mucha culpa.
Y no sólo hablamos de los de Sean Bean y Stephen Graham, ambos ofreciendo sendas interpretaciones brillantes (para sorpresa de nadie). Todos los personajes que les rodean en el microcosmos de 'Condena' tienen su momento y razón de ser. Todo está en su sitio, porque todo tiene una razón para estar. Todo suma a una causa que como decimos, destaca por un contundente humanismo que siempre se sitúa por encima de su apariencia poliédrica, y de las muchas cuestiones que arroja a la cara del espectador por el camino.
Destaca sobremanera el exquisito guión de Jimmy McGovern, todo un recital de como hacer valer cada mísera coma para reforzar y poner en valor un solidísimo discurso que condensa en tres vibrantes horas todo tipo de cuestiones humanas, morales y éticas relacionadas con el subgénero de "la vida en prisión". Un género repleto de característicos tics que 'Condena' no rechaza, si bien si los afronta con mucha determinación y una intimidante concisión dramática donde cada mísera coma puede sentirse como si fuera el centro del universo.
Reforzada por la firme dirección de Lewis Arnold, 'Condena' está muy lejos de ser una miniserie hecha "por rutina y protocolo". Una producción excelente que reúne un guión exquisito y unas interpretaciones estupendas con una historia directa, dura pero honesta y que no se anda por las ramas, concediendo muy poco margen al espectador entre puñetazo y puñetazo. Una experiencia elegante y muy intensa que nos introduce, de lleno, en una vida carcelaria que sentimos en nuestra piel como si fuera también la nuestra.
Como en las mejores ocasiones, de nuevo, otra vez, como si fuera nuestra primera vez.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Coincido con Danvers en su análisis del primer capítulo.
Me ha gustado pero con reservas. Del trío protagonista, de momento, ni Jodie Whittaker ni Bella Ramsey me han encandilado como sí lo ha hecho Tamara Lawrance. Es una historia diría que no demasiado sorprendente pero sí efectiva lo que compensa lo primero pero sobre todo tiene el gran hándicap de su primera temporada que de momento es inalcanzable para esta segunda que ya veremos cómo se desarrolla. En cuanto a la aparición secundaria es cierto que me ha sorprendido, no la esperaba pero se agradece su incorporación porque siempre suma.
Capitulazo de Tamara Lawrance. Los otros dos personajes prácticamente desaparecen, aunque de manera coherente. Cada una tiene unas circunstancias diferentes.
Respecto a la serie en general, no llega a la primera temporada, cosa que era muy difícil. Como ya dije, el segundo capítulo es el más flojo, pero por los otros dos, creo que vale la pena (y nunca mejor dicho ).
Spoiler
Por lo que se refiere a las actrices, su lucimiento viene condicionado en parte por sus historias, aunque a la que veo más floja es a Jodie Whittaker (Orla).
No sé si se ha tratado mucho o no el tema que pongo en el spoiler, pero a mí me ha parecido interesante. Y en sí la serie está hecha desde un punto de vista más humano que las típicas series o películas carcelarias, tal y como pasó en la primera temporada.
Y también con su conclusión final.
Pues la alcanzó y en algunos momentos hasta la superó.
Siendo el carcelario femenino un género que no lo tenía nada trabajado puedo decir que esta Condena ha llegado para llenar ese hueco y con muy buena nota todo hay que decirlo.
El cómo se ha contado ha sido uno de sus aciertos, mientras que en la primera se escogió un enfoque más tradicional, en la línea de lo que un drama carcelario sugiere, aquí se opta por un punto de vista más intimista cambiando el escenario "habitual" por un campo de trabajo concentrando en unos pocos metros cuadrados toda la acción y haciéndola más "familiar" favoreciendo exponencialmente la inmersión.
Tengo que desdecirme sobre Bella y Jodie. Sus historias e interpretaciones han adquirido tanto peso e importancia como la de la propia Tamara emocionándome con cada una de ellas y sus circunstancias siendo alguna de difícil digestión en el mejor sentido. Del mismo modo, no quisiera olvidarme del papel de la guardiana Martin (Lisa Millett) que junto a las tres protagonistas ha tenido momentos brillantes enriqueciendo un conjunto que finalmente ha terminado siendo una gran experiencia. Para la Copa de cabeza.
Un 9.