'Deadpool 2' - El efecto Broncano
Se podrían decir muchas cosas sobre 'Deadpool 2'. Pero que realmente sean importantes, solo una. La única cosa con la que hay que quedarse: Que 'Deadpool', película y superhéroe, y sobre todo protagonista, dentro y fuera de plano, han logrado que prácticamente cualquier cosa valga con tal de disfrutar, con tal de que el público lo pase bien. Se trata de "droga", de que ya suene más o menos estúpido lo acallemos con un "así es Deadpool", y a reírle las gracias (en nuestro propio beneficio).
Sobra decir que me gustó mucho la primera parte, película que en resumen, daba para más de una paja. Y sobra decir que había muchas ganas de disfrutar de esta continuación que, para quién esto suscribe, ni es mejor ni es tan redonda como aquella. Al menos como película, siendo que a esta segunda es aún más fácil verla como lo que son buena parte de este tipo de producciones (para quién lo juzgue así): Una sucesión de sketches antes que una historia desarrollada a lo largo de tres actos.
El problema es que no hay problema. El problema, es que 'Deadpool', sólo o acompañado, se ha erigido en una suerte de milagro donde todo aquello que pueda importar en la sala de al lado, aquí no. Cualquier cosa vale con tal de disfrutar, cualquier cosa con tal de pasarlo bien. Maximum effort, y a tope. No es tan "buena" ni tan "redonda", probablemente, porque comillas al margen, en la película de 2016 encontramos algo de esa digna cautela ante lo desconocido. De ese miedo y vergüenza de la primera vez.
Pero aquí ya no. Deadpool desatado, el deslenguado sin bozal. Deadpool ya no entendido como una película, sino como una suerte de espectáculo circense para toda la pandilla en donde el público, ya compinchado, acude a corear cualquier ocurrencia a lo Ignatius Farray. Aunque en realidad ni arriesgue ni tampoco pretenda innovar dentro de la materia, dicho sea sin ánimo alguno por aguar la fiesta. Lo del sábado noche sin vergüenza, ni pudor y abrazando su condición de sábado noche.
Pero por decir, como si nos pagarán por ver vídeos de YouTube con la misma seriedad con la que vemos los cuadros del Museo del Prado. Una seriedad que por supuesto, como ya quedó dicho en 2016, casi mejor dejamos a un lado. Aún sin el efecto sorpresa, aún viéndola venir a menudo, aún pudiendo errar en unos cuantos chistes, 'Deadpool 2' se disfruta casi tanto como la primera. O igual. O más. O para no mojarnos, 'Deadpool 2' sencillamente, se disfruta. Mucho. O más. O en compañía.
Esto es, reírle las gracias a nuestro cómico favorito. Y con esa predisposición, complicidad y/o buena compañía, no hay motivo alguno para pensar que 'Deadpool 2' pueda ser una mala inversión, de tiempo o de dinero. Y es que no hay nada como una estupidez consciente de su propia estupidez que encuentra a un espectador aún más consciente de esa misma estupidez. El efecto Broncano. La desvergüenza, y algunos momentos, guiños, chistes, cameos y estupideces verdaderamente épicos, también.
Y lo que en algún otro momento de la vida podía haberlo empañado, hoy no.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
La acción muy vistosa y detallada, nada de secuencias confusas en medio de la oscuridad y la lluvia. Dan ganas de revisionarla una y otra vez aunque sea sólo por las decenas de detalles que es imposible ver en sólo un golpe de ojo humano en muchas secuencias (y eso que algunas las ponen a cámara lenta). La música potente acompaña en todo momento, los nuevos fichajes para el reparto son notables, con algún cameo TOP y un villano mejor que el anterior. Poco negativo se puede decir de un film que incluso supera a la original.
Nota: 7'5
En la extendida sí que hay varias escenas post-créditos, incluyendo una al final del todo de los mismos.
7
La peli en general muy bien, divertimento puro y duro. Para mi al nivel de la 1ª. Un 7