'Borg McEnroe. La película' - Una historia, y también una película
Parece ser que la rivalidad entre Björn Borg y John McEnroe fue legendaria. Parece ser, digo, porque no es que sea especialmente aficionado al tenis. Si acaso llego de vez en cuando a agitar la bandera con orgullo cuando gana uno de los nuestros, que no hay nada para el talante como el patriotismo en tiempos de bonanza.
Esta es la verdadera prueba de fuego de producciones como 'Borg McEnroe. La película': Interesar al que no suele mostrar interés por el deporte de turno salvo, si acaso, por supuesto, cuando es oportuno serlo de toda la vida. A efectos prácticos, la cinta me recuerda a 'El caso Fischer' aunque algo más... a la europea.
Esto es, siendo una representación de la historia en la que el mundo no se divide en dos: Estados Unidos, y todo lo demás. Para el caso lo que ofrece viene a ser lo mismo, sólo que sustancialmente mejor y/o más interesante y/o resultón: Un filme agradable capaz de forzar el tie-break con una consulta en Wikipedia.
¿Está Shia LaBeouf interpretando a John McEnroe? ¿O sólo se deja llevar? Buen papel el del norteamericano, lo mismo que el de Sverrir Gudnason, sueco, en un duelo en el que damos a los dos por vencedores, por tener la fiesta en paz, y por un bienvenido equilibrio y una victoria que no se fundamenta en buenos y malos.
Aunque no se trate de 'La batalla de los sexos', aunque no se trate de la inspiradora dramedia buenrollista que creo aparenta ser. O tal vez si pero condicionada por el cariz, algo más serio, solemne e inquieto del norte de Europa. Sea lo que fuera funciona, llama la atención e interesa. Como película, también como deporte.
Especialmente a la hora de extraer emoción, e incertidumbre a lo que no deja de ser un enfrentamiento en diferido. También, al ir un poco más allá de lo que sería el cara a cara de manual y contextualizar a sus dos protagonistas dentro de aquel momento que además de regalarnos una historia, nos regala también una película.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
La final de Wimbledon en 1980 está considerado como uno de los mejores partidos de tenis de todos los tiempos, una lucha titánica entre dos personalidades diferentes que, contra todo pronóstico, se hicieron amigos cercanos. Los polos opuestos se atraen (si bien, no son tan diferentes una vez visto esta cinta).
Es una pena que tal acontecimiento histórico en la historia del deporte mundial no haya sido adaptado a la altura del partido real. A pesar de que los dos actores que interpretan a Borg y McEnroe (mejor elección que Labeouf no lo hay para un volcán como McEnroe) hacen lo mejor que pueden y la ambientación está muy lograda, peca de querer retratar a ambos tenistas en el cliché de personalidades diferentes que ya se vio, y mejor hecho, en 'Rush', de Ron Howard.
Esta película puede atraer a los amantes del tenis y del deporte, pero una vez visto no hay nada que la haga realmente especial. La magia de la final de Wimbledon de 1980 sigue en 1980 y no se ha movido a este filme.
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