'Cuando acecha la maldad' - Embichada infernal
Como si se tratase de un huracán, 'Cuando acecha la maldad' empezó a causar grandes sensaciones en su paso por festivales de cine de terror, como fueron el de Sitges o la Semana de Terror de San Sebastián. Su director, Demián Rugna, ya había conseguido destacar con su anterior película, 'Aterrados', consiguiendo buenas críticas y una recepción genial por parte del público. Por eso, 'Cuando acecha la maldad' era una especie de reválida para el director argentino, para ver si lo visto en 'Aterrados' eran solo algunos destellos o realmente su visión del terror es tan bruta como parecía. Digamos que ha superado las expectativas con creces.
Estamos ante una película brutal. Su visión de la violencia es de las más bestias que he visto en los últimos años dentro del cine de terror más mainstream, gracias a unos efectos especiales prácticos (y algún retoque digital) alucinantes y decisiones de guión atrevidas. No es por la cantidad de sangre, pues en ese sentido es bastante austera, sobre todo si la comparamos con títulos como la 'Posesión infernal' de Fede Álvarez o 'Posesión infernal: El despertar'. Su fuerza recae en la forma de dar los golpes, dándote cuenta con el primero que esto va a ser parecido a una paliza en una sala oscura, donde no sabes cuándo ni cómo recibirás las hostias.
La historia que nos plantea está llena de elementos recurrentes en el género. En una villa apartada de la sociedad se descubre que uno de sus habitantes está infectado por un ente maldito, lo que ha ocasionado que esté hinchado y lleno de infecciones por todas partes (recordando mucho a la gula de 'Se7en'), hasta el punto de no poder moverse de su cama. Las decisiones que tomarán los protagonistas a partir de este momento servirán para reflejar la estupidez del ser humano, convirtiéndose en un desfile de desgracias cada cual más brutal que la anterior, sucediendo de forma frenética y prácticamente sin dar descanso al espectador. Es aquí donde Demián Rugna saca a relucir su lado más ácido y malvado, con varias escenas con mucha mala leche y difíciles de olvidar.
En líneas generales, consigue tener su propia identidad a pesar de estar llena de todos los tropos habituales en el género. Poco a poco se encarga de ir creando su propia mitología, donde los poseídos tienen nombre propio (embichados) y las fuerzas demoníacas sus propias reglas. El carácter argentino que tiene es muy fuerte, y aunque al principio cuesta un poco acostumbrarse a algunas expresiones que utilizan, lo cierto es que le da personalidad y hace que sea algo fresco. En su último acto es donde más se ve lastrada por estos tópicos, junto con una narrativa y montaje algo caóticos, que hacen de su final un poco decepcionante.
Igualmente, viéndola se entiende por qué ganó el premio a mejor película en Sitges 2023 y por qué está gustando tanto. En una industria donde cada vez se lleva más hacer películas siguiendo un algoritmo y la frase que tienen grabada a fuego las productoras en la cabeza es que cuanto menos arriesguen, más fácil será contentar a la gente, 'Cuando acecha la maldad' es un oasis en el desierto. Siendo una propuesta bastante conservadora en su estructura y lenguaje, es capaz de ir más allá, sobrepasando límites que son tabú en el cine. Una obra sólida a nivel comercial pero con autoría. Y mucho cuidado, porque como aquel que dice, Demián Rugna tan solo acaba de empezar...
Por Marc Sacristán García
@TheLebowskiMan
Me encanta que del folklore "local" y las raíces de sus gentes luzcan ante todo el mundo una obra, que, además de hacer totalmente accesible a nivel global gracias a su gran narrativa, traslade una historia que se sienta con una atmósfera con tanta personalidad propia. Y me flipa como mezcla en una sola película, elementos de films de posesiones así como otros de infectados/contagios. Es extremadamente impactante, no tiene miramientos ni tabúes y resulta en una locura que te mantiene boquiabierto de inicio a fin.
Nota: 8