'Bodegón con fantasmas' - En un lugar de la Manchuela
"La película contiene elementos autobiográficos, inspirados en la realidad circundante y en mis inevitables tropiezos con otros humanos. Se dan cita elementos típicamente propios de la idiosincrasia española como el esperpento, la picaresca o el humor macabro y es un retrato único de La Manchuela", advertía el guionista y director Enrique Buleo sobre su ópera prima.
Rodeados por viñedos y tierras de cereales, los habitantes de un pueblo de La Manchuela pasan sus días con aparente normalidad. Unos, los vivos, luchando contra los aprietos de la vida mientras que los otros, los muertos, lidiando con los sinsabores de la muerte. Esto es en resumen 'Bodegón con fantasmas', una sencilla pero efectiva antología de cinco historias.
Una comedia costumbrista sobre la vida y la muerte -entre otras muchas cosas- en la que lo aparentemente surreal se funde con lo cotidiano. Una producción con aroma a pueblo de la España rural que recuerda a películas como 'Espíritu Sagrado' y a cineastas como Juan Cavestany, no por casualidad uno de sus productores a través de su Cuidado con el perro.
'Bodegón con fantasmas' destaca por el preciso pero discreto encanto de sus encuadres, su cercana y simple autenticidad o su modélica dirección de actores (la mayoría bien entrados en años), dando forma a lo que se dice una pequeña gran película que si bien no parece nada de este u otro mundo, se crece gracias al cariño, la ternura y la simpatía que desprende.
Y también, por supuesto, la honesta sencillez de esta "tragicomedia rural sobre los aprietos de la vida y los sinsabores de la muerte". Tal cual.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex