'Billy Lynn' - El soldado, el hombre, la marca, la persona... el uno de los nuestros
Justo antes de ponerme a escribir estas líneas he bajado a realizar la compra. En el camino de regreso, y mientras tanteaba la posibilidad de comprar alguna pieza de fruta en un puesto local de venta de frutas, resguardado de la lluvia bajo un muy oportuno toldo, una señora mayor se ha puesto a mi lado, y como si yo fuera invisible, ha tenido la amabilidad de meterme el paraguas por el ojo. No contenta del todo con ello, a continuación ha tenido también la bondad de recriminarme "por no mirar por donde voy" (estando como estaba yo quieto, parado...). Yo, que soy pacifista y/o cobarde por naturaleza, según se mire, no me he podido contener y de la emoción le he soltado algo que escrito estaría en mayúsculas. No sé muy bien el qué, todo ha sido tan rápido que no he podido asimilarlo, pero estoy seguro que el "puta vieja" se ha colado en algún punto de una frase dicha a pleno pulmón. Esto ha alertado al frutero, que ha ido presto a socorrer a la pobre anciana maltratada mientras me pedía que me fuera con una mano en el ojo y la otra por detrás, al tiempo que lamentaba algo así como "lo de esta juventud" cosa que, con 37 recién cumplidos, ha hecho que el ojo me doliese un poquito menos.
Habrá quién lo vea de una manera o de otra, con los dos ojos o solo con uno tal cual lo he escrito. El caso es que lo que tenía pensado escribir sobre 'Billy Lynn' se me ha ido el cielo, por lo que he decidido aprovechar esta historia para suplantar aquello fuera lo que fuera... que fuera. Total, una vez los Óscar "han pasado" de la última película de Ang Lee, parece que todo el mundo también le ha dado la espalda a la última película de Ang Lee cual rebaño conducido por pastores, que mucho hay de esto en la opinión pública, al menos, a nivel mediático. Y es una verdadera lástima, como también lo es que, después de todo, es más que posible que se la acabe de conocer y/o recordar sólo por su ambiciosa apuesta técnica (imperceptible no obstante para el espectador) que por su no menos ambiciosa apuesta narrativa (perceptible a medias, posiblemente, por culpa de su ambiciosa apuesta técnica). Es meritorio la voluntad de Ang Lee, pero una vez vista esta adaptación de la novela de Ben Fountain es casi obligado el cuestionarse el por qué de esta apuesta cuando la película, aparentemente, no lo exige en ninguna medida que pueda redundar en la experiencia del espectador.
Un poco, se podría decir, sacarse la chorra por el gusto de poder hacerlo. O algo. Y es lo dicho una lástima porque la reflexión que puede extraerse de la obra en sí misma es soberbia: el cómo se contrapone la realidad de los que están allí con la realidad que perciben los que no están allí, en un resumen muy básico y superficial. Y ejemplos de esto tenemos tantos en la vida cotidiana, como el que puede producirse en un puesto de venta de frutas un día cualquiera de lluvia. El cómo alguien puede percibir el "puta vieja" como un insulto o como una reacción, o el como uno puede estar en medio o una no ver por donde va con lo que va. O todo a la vez. El propio Billy Lynn lo resume en una sola frase: "Resulta raro que te homenajeen por el peor día de tu vida". El debutante Joe Alwyn no es necesariamente un soldado, pero las circunstancias le han vestido como tal. Pero a diferencia de lo que muchos puedan pensar, no deja de ser una persona... por más que el traje haga al sastre, y que como suele suceder sean los compañeros los que a uno le hagan sentir parte de algo, lo sea o no. O mejor dicho, lo sea en todo momento o solo cuando está acompañado de dichos compañeros.
La obra de Fountain ofrece, lo dicho, una enorme cantidad de reflexiones, más allá de la evidente: el uso mercantil de una guerra que rara vez luchan aquellos que se benefician de la misma, del mismo modo que rara vez la entienden aquellos cuya respiración forma parte de su banda sonora. Y si bien 'Billy Lynn', la película, contiene esas mismas reflexiones, en esta ocasión Lee no acierta a darle la brillante forma que, sin ir más lejos, logró darle en otra complicada adaptación de la que salió tan airoso (y con un Óscar y una hamburguesa bajo el brazo) como para regalarnos esa obra maestra que es y sigue siendo 'La vida de Pi'. En este caso, y a diferencia de aquella, la técnica le gana la partida a un narrador al que medio fagocita, y a pesar de las evidentes bondades de las que siempre hace gala, hasta en sus peores momentos, en cualquier momento, hasta con un reparto así, un realizador como Ang Lee, la sensación prácticamente constante es de estar ante un filme fallido... muy interesante y conceptualmente potentísimo, con un fino sentido de la ironía, pero fallido y al que no podemos, no nos dejan salir a abrazar como si fuera las Destiny's Child de 2004. Se mira, pero no se toca. Se piensa, pero no te toca.
¿Suficiente como para desecharla? La vitola de los Óscar es una bendición al igual que una maldición, y una carga, como si todo se acabara y empezará en el Dolby Theatre de Los Ángeles. Y lo mismo se puede decir de la herencia de un nombre, el de Ang Lee, cuya propia filmografía pone a prueba su talento con más exigencia que a aquel que no ha demostrado ni la mitad. En este caso, si me lo permiten, estaríamos ante una obra relativamente parecida a su 'Hulk', una maravilla injustamente menospreciada que hoy en día debería de estar en cualquier pedestal de los amantes de los cómics. No es que 'Billy Lynn' vaya a crecer, necesariamente, en igual medida, pero si es más que posible que su carga conceptual por desgracia atemporal nunca quede obsoleta, y que su ahora imperceptible apuesta visual no envejezca al calor de una moda pasajera como la del 3D. La obra no es redonda, su montaje no es tan fluido como debería y existe quizá un regusto demasiado literario en algunos pasajes. Pero el contenido, su contenido, sigue teniendo un potencial tan demoledor como para ser capaz de ofrecerle a Vin Diesel el papel más difícil de toda su carrera: el de cadáver.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Por otro lado es obvio que su apuesta técnica condiciona el desarrollo y aunque en general me gusta también he notado que en ocasiones no funcionaba como debería, digamos que la idea es buena pero había que pulirla y ahí Ang Lee ha estado un poco perezoso, buena propuesta en general pero que no llega a ser todo lo satisfactoria que cabría esperar.
No creo que sea casual.
Pues sería bueno saberlo porque no es lo mismo que sea intencionado y tenga una doble lectura que dejarlo a la interpretación de cada uno.
A mi me gusta pensar que efectivamente es así, que juega a lo contradictorio que al fin y al cabo es todo, y él como las cosas pueden ser de mil maneras distintas según sople el viento.
Le doy un 5,5.