'Bikeriders. La ley del asfalto' - De puertas afuera
He visto 'Bikeriders. La ley del asfalto' de principio a fin convencido de que se trataba de una película de James Gray. O mejor, dicho, convencido de que Jeff Nichols era el director de entre otras 'Armageddon Time'. Pero no, es el responsable de por ejemplo 'Loving'. Por algo es, y por algo supongo que me cuadra mucho más...
Porque los protagonistas de 'Bikeriders. La ley del asfalto' persiguen lo mismo que los de 'Loving': que les dejen vivir a su manera, aunque en este caso no sea necesariamente en paz. Porque a diferencia del Joel Edgerton de aquella, en esta todos los hombres son muy machotes. O lo parecen. O lo intentan. O se lo hacen. O al menos beben, fuman y se pegan. Lo que prefieran.
No por casualidad es una película "de moteros"; ya se sabe, "moteros". Queda casi todo dicho, si bien, al igual que a los Loving, Gray Nichols les deja un poco a su aire centrándose, de nuevo, en la historia en minúsculas. En las personas que al igual que nosotros, van a un médico cuando les duele (o les parten) algo. Aunque no dejen de ser sólo una parte de la historia.
Y por consiguiente, nos muestre sólo una parte de una historia más grande.
'Bikeriders. La ley del asfalto' destaca por su contención, su sobriedad y su solidez a todos los niveles. Al igual que en 'Loving', o al igual que el personaje de Mike Feist, Gray Nichols desaparece detrás de la cámara y como un testigo privilegiado, deja que pase lo que tenga que pasar. Con una discreción tan pulida que raya el robado pactado, y bien empaquetado.
Tal vez demasiado, más no por ello menos eficiente y efectivo visto de puertas afuera. Y es que, tal vez, sea un filme demasiado pulcro y refinado, demasiado clásico; incluso hasta cierto punto domesticado. Tal vez. Pero lo es sin caer nunca en lo dominguero ni sobre todo, dejar de resultar en todo momento un viaje interesante. O parecerlo. O intentarlo. O hacérselo.
O al menos beben, fuman y se pegan.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
He visto 'Bikeriders. La ley del asfalto' de principio a fin convencido de que se trataba de una película de James Gray. O mejor, dicho, convencido de que Jeff Nichols era el director de entre otras 'Armageddon Time'. Pero no, es el responsable de por ejemplo 'Loving'. Por algo es, y por algo supongo que me cuadra mucho más...
Porque los protagonistas de 'Bikeriders. La ley del asfalto' persiguen lo mismo que los de 'Loving': que les dejen vivir a su manera, aunque en este caso no sea necesariamente en paz. Porque a diferencia del Joel Edgerton de aquella, en esta todos los hombres son muy machotes. O lo parecen. O lo intentan. O se lo hacen. O al menos beben, fuman y se pegan. Lo que prefieran.
No por casualidad es una película "de moteros"; ya se sabe, "moteros". Queda casi todo dicho, si bien, al igual que a los Loving,
GrayNichols les deja un poco a su aire centrándose, de nuevo, en la historia en minúsculas. En las personas que al igual que nosotros, van a un médico cuando les duele (o les parten) algo. Aunque no dejen de ser sólo una parte de la historia.Y por consiguiente, nos muestre sólo una parte de una historia más grande.
'Bikeriders. La ley del asfalto' destaca por su contención, su sobriedad y su solidez a todos los niveles. Al igual que en 'Loving', o al igual que el personaje de Mike Feist,
GrayNichols desaparece detrás de la cámara y como un testigo privilegiado, deja que pase lo que tenga que pasar. Con una discreción tan pulida que raya el robado pactado, y bien empaquetado.Tal vez demasiado, más no por ello menos eficiente y efectivo visto de puertas afuera. Y es que, tal vez, sea un filme demasiado pulcro y refinado, demasiado clásico; incluso hasta cierto punto domesticado. Tal vez. Pero lo es sin caer nunca en lo dominguero ni sobre todo, dejar de resultar en todo momento un viaje interesante. O parecerlo. O intentarlo. O hacérselo.
O al menos beben, fuman y se pegan.
Nota: 6.75
A diferencia de otras ocasiones no he conectado demasiado con los personajes y es obvio que al relato le faltan alicientes o algún elemento diferencial que realmente la haga destacar, la impresión es que desaprovecha el poco potencial narrativo que pudiera sacarse de ella y el reparto se limita a cumplir en el mejor de los casos, aunque elegir a Butler (AKA Elvis) como protagonista principal ya es empezar con mal pie.