'Babygirl' es como uno de esos thrillers eróticos de los años 80 y 90 escritos por Joe Eszterhas o protagonizados por Michael Douglas. A grosso modo y al menos a nivel conceptual, para entendernos. Pero adaptado a los sensibles tiempos modernos; esto es, desprovisto de la posible gracia, chispa o picardía que pudieran tener en aquel entonces. Desprovistos de algún tipo de mala leche, agudeza o perspicacia insidiosas que puedan incomodar u ofender a alguien. 

Para empezar, siquiera se trata en la práctica de un thriller, sino más bien de un drama en torno a una Nicole Kidman omnipresente. Ella es, también, a grosso modo y en la práctica, la película. Una película subordinada, tanto a su presencia como a su personaje, que no cruza ninguna de las líneas rojas autoimpuestas por la instrumentalización del buenismo pijoprogre; esto es, que se aferra a lo institucional para evitar mojarse y tener que tomar decisiones. 

Al igual que 'Muerte muerte muerte', la primera película de Halina Reijn, o casi por extensión cualquiera de A24, 'Babygirl' parece y se hace la "interesante". Pero a diferencia de las mejores películas de A24, al final se queda en tan solo eso: En una curiosidad distraída que no pasa de ser "interesante" sólo en apariencia, ya que carece de profundidad, volumen, rebaba o incluso de algún tipo de material erótico que llame de alguna manera la atención.

Para el caso, como si fuera un anuncio de perfume para la sobremesa de una tardes de esas. Pero de marca; de marca que remarca la marca más que el contenido: A24 y Nicole Kidman. No hay más, porque por lo demás 'Babygirl' es una película acomplejada, acobardada y con cargo de conciencia que simula provocación, perversión o subversión con blanda y absoluta mojigatería. La de una película que siquiera se plantea transgredir lo políticamente correcto y hacer mala sangre... salvo para venderse como si lo hiciera, claro está.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex

'Muerte muerte muerte' - Interesante interesante interesante