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'Amazing Grace' - La grandeza de la música

Vía El Séptimo Arte por 03 de octubre de 2019
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El sello Atlantic Records fue pionero en fichar a figuras de la talla de Ray Charles, Crosby, Stills, Nash and Young, Otis Redding, Led Zeppelin, Cream, Roberta Flack, John Coltrane y otros grandes artistas de Jazz, R&B y Pop. The Coasters, The Drifters, Ruth Brown, Ray Charles, Solomon Burke, Otis Redding, Sam & Dave, Wilson Pickett encabezan la lista de estrellas afroamericanas que el sello comercializó durante las décadas de 1950 y 1960.

Aretha Franklin firmó primero con Columbia Records a través de John Hammond, que también fichó a Billie Holiday, Count Basie, Bob Dylan y Bruce Springsteen. Pero como su carrera en Columbia no arrancaba se pasó a Atlantic Records y, bajo la dirección de Jerry Wexler, la carrera de Franklin despegó. A partir de 1967, sus éxitos -"I Never Loved A Man", "Respect", "Baby I Love You", "Chain of Fools", "Think", "Don't Play That Song"- consiguieron que Atlantic Records encabezara las listas de Pop y R&B. Gracias al éxito de Franklin, pasó desapercibido el hecho de que el sello se estuviera alejando de su legado R&B tras la muerte de Otis Redding y la deserción de Ray Charles a una compañía rival.

La popularidad de la música soul, desde las Supremes hasta Al Green, había conseguido unir a norteamericanos de todas las razas. Pero a principios de los 70, el movimiento de Derechos Civiles se había fragmentado tras los asesinatos de Martin Luther King y Malcolm X. El resultado fue el auge del movimiento Black Power y una creciente exclusión de los afroamericanos y de su música por parte de la cultura establecida de los blancos. Los sellos discográficos, como Atlantic Records (que se convirtió en parte de Warner Communications en 1970), tuvieron que asumir que su futuro era el mercado de grupos de rock blanco y de cantautores en pleno auge.

En 1971 Aretha Franklin ya era conocida como la Reina del Soul. Tras cinco años de éxitos, Franklin y su productor Jerry Wexler de Atlantic Records, decidieron que su siguiente disco fuera una recuperación de la música de su juventud, el mundo de la música góspel norteamericana.

'Amazing Grace' se convirtió en un momento elegíaco en la historia musical, así como en un homenaje al legado del góspel que había transformado la música norteamericana en la década de los 60. Cuando Franklin estaba planificando el álbum, Warner Brothers aceptó filmar la sesión en 1972.

Warner Communications, la compañía matriz de Warner Brothers Films y los sellos Warner, Reprise, Elektra y Atlantic, había cosechado los frutos de la "sinergia corporativa", la nueva palabra de moda, con el éxito de la película de 1970 de Michael Wadleigh y el álbum de Woodstock. Warner había pagado 100.000 dólares por los derechos. La película recaudó 17 millones de dólares y el álbum vendió tres millones de copias. Warner Communications esperaba que 'Amazing Grace' consiguiera el mismo éxito.

El Director de Servicios Musicales de Warner Brothers, Joe Boyd (Productor de Nick Drake, Pink Floyd), propuso contratar al documentalista Jim Signorelli y a su equipo de operadores de cámaras de 16 mm. Pero antes de que se firmara el acuerdo con Signorelli el CEO de Warner Brothers, Ted Ashley, mencionó el proyecto durante una reunión con Sydney Pollack. En ese momento Pollack acababa de ser nominado a un Premio de la Academia al Mejor Director por 'Danzad, danzad malditos'. Pollack se apuntó de inmediato al proyecto al escuchar el nombre de Franklin.

'Amazing Grace' se grabó en directo en la iglesia del reverendo James Cleveland en Watts, California, ante un público y/o congregación muy participativo, y se convirtió tanto en el álbum más vendido de la carrera de Franklin como en el álbum de góspel más popular de todos los tiempos. Sin embargo, la película no se estrenó nunca...

Sydney Pollack era un director de largometrajes. Cuando se graba, el sonido suele sincronizarse a posteriori en el estudio. Tras dos extraordinarios días de grabación los montadores abandonaron el trabajo. No había claquetas, ni marcas para guiar el sonido y sincronizarlo con las más de 20 horas de vídeo. Pollack incluso llegó a contratar a lectores de labios y montadores especializados, pero no tuvo suerte.

La película languideció durante casi 40 años hasta que Alan Elliott, antiguo productor de Atlantic y protegido de Wexler, contactó con Wexler y por último con Pollack antes de su fallecimiento en mayo de 2008. Juntos preguntaron a Warner Brothers si podían utilizar la nueva tecnología digital para combinar el sonido con las imágenes y hacer una película con el material en bruto...

47 años después y tras un laborioso trabajo que se ha extendido por más de 10 años, esta película de apenas 90 minutos de duración es, según la versión oficial, un testimonio de la grandeza de Aretha Franklin y un viaje en el tiempo a un momento de la historia musical y social de Estados Unidos.

Una auténtica experiencia musical y vital de lo más satisfactoria y estimulante, independientemente, de lo afín que seas a la música góspel o a tú aprecio por la figura de Aretha Franklin. Es música. El poder, la fuerza, la determinación de la música. Es... esa expresividad del momento, del aquí y ahora. Esa alegría, esa pasión, ese sentimiento contagioso, irrefrenable, irrefutable e incondicional. Eso es 'Amazing Grace', ni más ni menos: La grandeza de la música.


Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex


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