Un ingeniero espacial caído en desgracia que, tras pasar muchos años lejos, regresa a su idílico hogar en Hawái con la esperanza de revitalizar su carrera profesional. Allí acepta a regañadientes trabajar con una prometedora piloto de la fuerza aérea, que le ayudará a sumergirse en el espíritu de la isla y descubrir una mejor versión de sí mismo.

Esta es la sinopsis oficial de 'Aloha', una película entre la ingenuidad, la pereza y la complacencia en la que todo es tan sumamente light que ni los actores consiguen salvarla. No es un desastre en cuanto a que no se hace pesada y verse, lo que se dice ver, se deja ver. Ahora bien, se queda a mitad de ninguna parte de forma realmente desconcertante.

Es acabar y pensar ¿de qué iba? ¿de qué se supone que trata?

Da la sensación de que tenían un guión de 150 páginas y 60 días de rodaje, y de pronto se dieron cuenta que sólo tenían 25 días de rodaje. Así que rodaron las 90 páginas que pudieron deprisa y corriendo, sin complicarse ni pararse a pensar qué estaban haciendo. O cómo. O para qué. O por qué. Una huida hacia adelante en la que tan sólo... rodaron.

O eso... o que en realidad 'Aloha' era una simple excusa para pasar unos días en Hawaii a gastos pagados, lo que explicaría la confluencia de tantos caras conocidas y la sensación de irrelevante rutina que envuelve a una película que sí, es entretenida, pero de una manera tan rematadamente light que entre eso y nada no hay prácticamente diferencia.

Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex