Las bodas son el escenario idóneo para desparramar y divertirse. Si lo convertimos en película, los gags pueden ser innumerables. Escenas surrealistas que sólo son posibles en la ficción. “Una boda de muerte” tiene un par de momentos irreales, pero todo lo demás es tan normal, cotidiano, sencillo, que no consigue retener en la memoria ciertas partes de la película una vez que has salido del cine. David (Xavier Samuel) conoce a Mia (Laura Brent) en un viaje y deciden casarse donde vive ella, en Australia. Vuelve a Londres para contárselo a sus amigos y todos se embarcan en un avión para acompañar a su amigo en el día más importante de su vida. Pero lo que podría ser una agradable ceremonia, acaba convirtiéndose en una juerga un tanto extraña.Tanto el director, Stephan Elliott como el guionista, Dean Craig, juegan con ventaja. El primero fue el director de la premiada “Las aventuras de Priscilla, reina del desierto” y el segundo fue el creador de las dos famosas versiones de “Un funeral de muerte”. Ambos sabían a qué jugaban y qué querían hacer. Y el director tenía claro que quería volver a rodar en su tierra, Australia. Pero lo que no pensaron es que es difícil conseguir con un mismo esquema para otra película, los mismos resultados. Una vale, dos, si encima no tiene el suficiente interés, no cuela.
“Una boda de muerte” (A Few Best Men) es una comedia en la que destacan dos momentos claves. Bueno, más bien uno, porque el otro ya ni me acuerdo. El resto de la película no tiene importancia. No se caracteriza por momentos desternillantes, ni situaciones que parezcan difíciles de resolver. Vamos, que no es una comedia americana. Es una película australiana hecha con actores australianos e ingleses. El protagonista, David (Xavier Samuel) es un actor australiano al que últimamente estamos empezando a conocer gracias a producciones como “Eclipse” y que pronto veremos en “Anonymous”. En “Una boda de muerte” intenta que sus amigos solucionen los problemas que producen mientras se celebra su boda, pero no consigue atraer al espectador. Le falta madurez interpretativa. Su amigo Tom (Kris Marshall), quien ya participara en “Un funeral de muerte” (2007), lleva la voz cantante del grupo. Aquí, si no fuera porque en conjunto son cuatro amigos, Marshall sólo, no aportaría nada. Como no lo hacen Graham (Kevin Bishop, “Una casa de locos”), aunque él tiene el mejor momento de la película y Luke (Tim Draxl, “A contracorriente”). Pero si alguien tiene una mención especial, esa es Olivia Newton-John (“Grease”), que interpreta a la madre de la novia. Después de tanto tiempo sin actuar, a excepción de los dos capítulos de la serie “Glee”, vuelve a la gran pantalla para participar en una comedia que podría dar más de sí, pero no lo consigue.
Tenemos boda, conflictos, traficante de droga, lesbianas, animales… Todo reunido y mezclado para crear, supuestamente, una comedia que, por desgracia, se queda en el intento. Incluso desde el inicio, flojo por mucho que lo intente, se ve hacia dónde va a tirar la película. Pero por mucho que la emoción no llegue, no os desesperéis en la butaca del cine o en el asiento del sofá. Habrá momentos en los que sonriáis y uno o dos en los riáis a carcajadas, pero tranquilos, acto seguido la olvidaréis y quedará apartada de vuestras mentes hasta que alguien la mencione y un “click” en vuestra cabeza os dirá: “Pues no vale para nada”.
Nota:
3.5
Por Rocío Campos
Pero si la tenías votada en cierta página con un 3 O.o
Debí votarla por equivocación, esta semana tengo demasiado lío como para saber siquiera quien soy ya a estas alturas del año, consideralo una simple errata...
De nada compi!! Ya sabes que siempre que pueda ayudaré. Y tu no sufras, que si no la ves en la vida, no pasa absolutamente nada. Ya te la cuento yo entre cañas y es lo mismo.
En todo caso sufro por esa cañita que ahora mismo no puedo catar, no por falta de ganas, no. Sólo es una película, y una película no es más que una película. Pero una caña, una buena caña, y nada menos que en buena compañía... uf, acabo de mojarme a lo Hoooomer.
1.5/10