Decisiones que marcan un antes y un después. Situaciones que hacen madurar. Conocer personas que te harán empezar de nuevo. Todo son circunstancias que marcan la historia de una película, pero también son momentos reales de la vida. Eso es lo que “Un lugar para soñar” intenta reflejar. Hacer algo importante en la vida puede ser lo más interesante para uno mismo y ser, simplemente, una anécdota más para el resto de las personas. Si, además, le añadimos contarlo en pantalla grande, seguramente se quede insustancial y sin nada que añadir a nuestras vidas. Esto pasa con esta película. Cuenta un hecho real, pero sin que vaya a suponer nada para el espectador.Benjamin Mee (Matt Damon) es un periodista, viudo y padre de dos hijos que decide dar un giro a su vida y comprar una casa con sorpresa incorporada: un zoo ruinoso. Utiliza todos sus ahorros para sacar adelante el zoo y salvar a los animales. Con la ayuda de los cuidadores, entre ellos la encargada, Kelly Foster (Scarlett Johansson) intentará que el zoo vuelva a abrir y, a la vez, que su vida vuelva a encontrar un camino que seguir.
El director de “Jerry Maguire”, Cameron Crowe, realiza a partir de una historia real un filme que es entretenido, pero no interesante. Todo se sabe o se intuye. No hay escena que no se sepa cómo se resolverá. Todo está dulcificado y medido al milímetro para expresar la justo y necesario de drama, porque en ningún momento se llega a ver como un drama, si no como una superación que tiene sus cosas malas, pero que se consiguen solventar. El director ha escrito el guión, junto con Aline Brosh McKenna (“Morning Glory”, “El diablo viste de Prada”) de una película de la que no se espera nada más que el transcurso de imágenes que, al menos, no aburran. Y lo consigue. Lo difícil en estos casos es contar una historia sin grades altibajos y no caer en lo tediosa que pueda resultar. “Un lugar para soñar” podrá catalogarse de telefilme, pero consigue sobresalir sobre los demás en calidad, montaje y la manera de contar la historia.
Para todo esto, Crowe se ha rodeado de actores llamativos y que sirven como reclamo. Matt Damon interpreta a Benjamin Mee, un padre viudo que tiene que lidiar con no tener a su esposa, cuidar de dos hijos de los cuales uno de ellos es adolescente con todo lo que eso implica y embarcarse en la aventura de dirigir un zoo. Desde luego que no es su mejor interpretación, pero se mantiene en pie y consigue que la historia adquiera ese grado de verosimilitud que la diferencia de las demás. Scarlett Johanson es la encargada del zoo. No os desvelo nada ya que es obvio que la historia de amor surgirá y no es algo que te mantenga en tensión, como casi nada en la película por mucho que Crowe se empeñe en introducir subtramas. Scarlett y los primeros planos de su rostro son el mayor reclamo en una película de la que no se puede sacar mucho. El buen rollo del filme está en el ambiente, pero si hay dos actores que se pasan la pelota para intentar que la cosa no decaiga son Thomas Haden Church (“Spider-Man 3”) y Angus Macfadyen (“Braveheart”). Con cada interpretación, sabes que la risa va a estar asegurada. Al menos un poco.
“Un lugar para soñar” fue la aventura personal de Benjamin Mee, una noticia más de un periódico que leeríamos por curiosidad, pero que no tendría mayor interés. Básicamente eso es lo que pasa con la película, con la diferencia de que el periódico cuesta menos que entrar al cine a ver la película. Está bien realizada y contada, pero no aporta ningún elemento que la vaya a caracterizar, y eso que las tramas y subtramas son importantes y están bien enlazadas, pero no le suman importancia al filme.
Esta no es una película que haya que ver, pero si se decide apostar por ella, tened por seguro que no os va a defraudar porque desde el principio vais a saber lo que va a pasar, por lo tanto, cumplirá las expectativas.
Nota:
6
Por Rocío Campos