Cuando se habla de Brett Ratner no son pocos los que le tildan poco menos que de inútil. Y si bien es algo que comprendo perfectamente no acabo de compartirlo del todo... porque yo al menos lo matizo. Sin decir que es un buen director, algo que no pienso decir no vaya a ser que los que me puedan tener algún tipo de respeto me lo pierdan, al menos no es un director tan mediocre como algunos nos quieren hacer creer, no al menos cuando se le sienta tras las cámaras del tipo de producción tras el cual se le puede poner. Compárenle por ejemplo con David R. Ellis, el de 'Tiburón 3D: La presa', y verán como ahora el nombre de Ratner incluso les suena a Oscar... vale, si este año el citado Ratner estará presente en los Oscar no será precisamente por su labor al frente de títulos como 'Un golpe de altura', estamos de acuerdo. Pero eso es algo que tampoco pretende, y si somos justos y al igual que con su duología de 'Hora punta' (la tercera vamos a hacer como que no...) esta su última película no le hace mal alguno... ni a quien quiera verla ni a quien no quiera verla.Brett Ratner es un director del estilo a Shawn Levy, Andy Tennant o Frank Coraci, alguien que parece que se dedica a esto de dirigir básicamente porque puede, es muy buen amigo de sus amigos y le pagan. Básica o solamente por esto, algo por otro lado tan respetable como pueda ser la labor de cualquier otro profesional por cuenta ajena. De cualquiera de estos realizadores se puede decir que no cabe esperar nada digno de mención, nada particularmente bueno o malo, a excepción de ciertas ocasiones aisladas o fortuitas en la que los elementos que les rodean puedan haber contribuido a ofrecer un parecido razonable con una producción de algún valor cinematográfico, tal y como parece que le ha ocurrido por ejemplo a Levy con 'Acero puro', donde entre los nombres de Steven Spielberg, Hugh Jackman y los encargados de los efectos especiales le han brindado la ocasión de filmar un filme bastante apañado.
Todos ellos son directores intercambiables, impersonales, que lo mismo sirven para un roto que para un descosido cuya labor tras las cámaras pasa tan inadvertida que ver su nombre en un cartel no significa absolutamente nada y lo que es más importante, al menos para la gran mayoría de los ejecutivos de Hollywood, que no parecen interesados ni en satisfacer ningún tipo de interés personal con su cine ni en causar el más mínimo revuelo con ninguno de sus proyectos. Son en resumen profesionales, no más que eficientes directores al servicio de los estudios y, en menor medida, del espectador a los que poner detrás de un proyecto diseñado con tiralíneas es tan irrelevante como propicio, y que te ruedan con la misma solvencia carente de pasión una comedia, un drama, una de acción o incluso una de 'Crepúsculo' tal y como hizo Chris Weitz.
'Un golpe de altura' es lo que parece que es, un efectivo pasatiempo, y es lo que cabe esperar de un director que cuando se pone serio es capaz de ofrecer resultados tan simpáticos como los mostrados en 'Hora punta 1 & 2', 'Family Man' o 'El gran golpe', filmes para nada memorables pero que cumplen a la hora de servir como las eficaces distracciones que pretendían ser. Puede que le cueste arrancar, que su primer acto y hasta que se llega a la conclusión de que no queda otra que dar el "golpe de altura" de su título se extienda demasiado sin mucha habilidad ni gracia; puede que en su empeño por resultar graciosa a veces se pase y caiga en la tontería en vez de en el chiste; puede que en su voluntad por ser un inofensivo entretenimiento descarte por momentos sus propias posibilidades como entretenimiento e incluso desaproveche a su reparto. Si. Pero una vez todo el elenco protagonista de improbables mangantes de guante negro se reúnen, lo que coincide además con la verdadera irrupción del personaje de Eddie Murphy en la trama, el filme logra que más o menos hasta el final nos aguante la sonrisa en la boca, si es que esta por momentos no asciende directamente a la categoría de carcajada, sin que sintamos ninguna necesidad de mirar el reloj.
No importa tanto su capacidad para no ser la buena película que no es como su incapacidad para no ser la mala película que tampoco es; no importan tanto los múltiples detalles que podrían ser cuestionados de lo que más que un guión es una suma de sketches e ideas diseñado en función de las necesidades de la producción que no de la realidad; no importa que tanto al principio como al final sus personajes nos traigan sin cuidado, la historia se resuelva con la misma indiferencia mostrada por sus responsables y que una vez haya sido vista de aquí a un mes nos costará recordar que la hemos visto. 'Un golpe de altura' está más allá del bien y del mal, un filme simpático que tanto como si se ve como si se ignora no pasa absolutamente nada. Sin ser nada del otro mundo cumple tanto con lo que promete como con lo que pretende, y aunque su clímax, que al fin y al cabo es lo que importa, ese "golpe de altura" de su título no vaya a ser merecedor de constar en ninguna antología sobre el robo cinematográfico qué caray, tiene su gracia e incluso ciertas dosis de intriga y suspense. ¿Qué la película podría haber sido mejor? Por poder podría haberlo sido, sin ninguna duda...
Nota:
6.2
Por Juan Pairet Iglesias