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'Un día perfecto' - En tierra de nadie

Vía El Séptimo Arte por 26 de agosto de 2015

Hay películas que marcan a una generación y directores que las dirigen. No somos pocos los que seguimos considerando ‘Barrio’ cómo uno de los principales referentes del nuevo cine social en España, película inspiradora para muchos cineastas que han intentado recoger el legado del que aún sigue siendo, a día de hoy, uno de los mayores exponentes del género en nuestro país: Fernando León de Aranoa, director cuya carrera se ha mantenido siempre fiel a una línea que le ha colocado en lo alto de la cumbre con películas cómo la ya mencionada anteriormente o la multipreamiada ‘Los Lunes al Sol’, y que continuaría con ‘Princesas’ ó ‘Amador’, con, por desgracia, cada vez menos acierto.

Tras varios años sin apenas hacerse notar, pero con el recuerdo (y la expectación) de muchos de nosotros presente, Aranoa volvía para anunciar un proyecto con el se jugaba mucho, no sólo por el riesgo de tener que “relanzar” de alguna manera su carrera si no por lo inesperado de la propuesta, una película sobre un tema internacional, rodada en inglés y con actores estrella. Una extrañeza que está muy presente en el resultado de una película que, pese a todo, parece que no le ha salido del todo mal.

El madrileño apuesta por una película diferente que en cierta manera se aleja de su estilo pero que a su vez se mantiene fiel a sus ideales y a su forma de ver el cine. Aranoa aporta una mirada original y peculiar a un tema con el que pocos cineastas se han atrevido a “bromear” y además triunfa en convertir lo que podía haber acabado en broma en una lección de respeto y de saber hacer. Un tema crudo que sin embargo consigue medir a la perfección cuando volverse simpático y cuando sensible. Un humor fino alejado del gamberreo que consigue sacarnos una sonrisa esperazandora en los momentos más dramáticos, algo que no es nuevo en la filmografía del cineasta pero que esta vez se convierte en uno de los mayores atractivos de la cinta.

Todo esto elabora un tono que, a pesar de su funcionalidad, no termina de definirse por completo y que hace que la trama acabe jugando por momentos en tierra de nadie quedándose en lo anecdótico en vez de profundizar como debiera. Un hecho que sin embargo se disimula bien bajo la fuerza en pantalla de unos personajes bien definidos a pesar del poco tiempo fílmico que transcurre en la historia y magníficamente interpretados por el dúo Robbins-Del Toro y compañía en la piel de unos cooperantes con historias distintas, unidos sin embargo por un objetivo común.

Una película, pese a todo, honesta y comprometida que además vuelve a demostrar en lo técnico el ya sabido potencial del cine español para competir cara a cara con las grandes producciones internacionales de presupuestos mucho mayores. Aranoa realiza así, su particular y emotivo homenaje a esos “desconocidos” (de hecho, uno de los protagonistas no tiene ni nombre) que por una razón u otra dedican su vida a ayudar a los demás, personas que no se mueven ni por bandos ni por políticas, solamente por la humanidad y solidaridad que nos define cómo humanos. Porque siempre hay algo que hacer, y por poco que consigas hacer, ayuda. Y es que cómo dice el propio director "la paz no llega con el final de la guerra".

Nota: 6,8

por Diego Sánchez Izquierdo
@DSaniz


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Comentarios

  • Avatar de lourdes lulu lou
    lourdes lulu lou 30 de Agosto de 2015, 01:13:00 PM
    Nunca fue tan difícil y arriesgado sacar ¡a un muerto de un pozo!, interminable odisea, que intenta llevarse a cabo con humor e ingenio, sin perder el coraje y la valentía de seguir camino, esperanza de un pequeño gesto que arregle el día a día de la gente presente, relegando, todo lo demás, a otro lugar pues sólo existe el aquí y ahora.
    Y mientras tanto, surgen relaciones personales, de amistad, de amor, compañerismo o necesidad, según el momento y tiempo, y aparecen vacas, muchas vacas, vacas trampa, vacas bomba, vacas guía que ayudan a superar los elementos, vacas salvadoras..., todo un despropósito, toda una hazaña de aventura donde "..., hay que elegir, ¡bandera o cuerda!", y ellos están por lo segundo ya que, su prioridad es recuperar el aludido pozo para proporcionar agua al pueblo, la bandera, su color, insignia o nacionalidad poco les importa, ayudan a gente, indefensa in extremis, maltratada por unos/usada por otros, y siempre en medio de la nada, inundados de pobreza y rodeados de miseria.
    Un saneamiento de emergencia complicado por un protocolo que, evitando conflictos y respetando los tratados, deja abandonados, a su suerte, a los más precisados, desamparados y olvidados por todos, que a nadie importan excepto a ellos.
    Preocuparse por vidas ajenas que en un segundo pasan a ser de la familia, desconocidos queridos que se vuelven lo más importante, ese laureado objetivo que, a cada minuto, se vuelve más imposible y cabezota pues empeño no les falta y, de fuerza de voluntad, ¡van de sobra!
    Y la vida continua, y los obstáculos no se acaban, sufrimiento por doquier, supervivencia al límite que halla el modo de resolver el percance pues no se puede esperar, nadie puede parar, es urgente avanzar, sea como sea.
    Fernando León de Aranoa presenta un relato sencillo y discreto, de gran contenido humanitario, con dos conocidos actores, Benicio del Toro y Tim Robbins, en estupenda y armónica pareja, como titulares de una avanzadilla que se abre paso con apoyo o por cuenta propia.
    Drama y comedia, sin exagerar ninguna de ellas -también sin definirse por una u otra-, conviven con naturalidad y conveniencia en este retrato veraz, sereno e íntegro, de espléndida caracterízación y lograda localización, de las misiones de ayuda humanitaria en países de guerra; invitado como testigo de lujo, el espectador acompaña a estos dos ilustres y currados cooperantes-hidalgos por su calamidad de ruta llena de imprevistos, alegría, desgracias e innumerables percances por igual.
    Su gran acierto es la destreza y sabiduría de sus dos protagonistas para llevar a cabo la conducción y ganarse el cariño y respeto de la audiencia, más la autenticidad de una historia y su meticulosa dirección que, sin grandes contratiempos, pero con mucha labor y esfuerzo, te acerca a la vivencia de este lejano mundo de protección y asistencia del que se suele saber por telediarios o prensa, oportunidad de formar parte de su unidad, de su loca camadería y de una subsistencia que aporta tantos beneficios y lloros, éxitos y fracasos que ¡hay dónde elegir!
    Vínculos emocionales que atan, duelen y obligan por una conciencia reiterativa en su devoción por socorrer y mejorar a quien sea, cuando lo solicite.
    Su lastre es la ausencia de implicación y complicidad para con el guión, pues su grata compañía, no acaba de cuajar con intensidad ni plenitud al consumir su argumento, su mezcolanza de sentimientos varios y estados emocionales discontinuos deja un recuerdo suave, querido y aceptable pero de reseña distante, corazón relajado y alma poco afectada, ser parte de su expedición e ir junto a ellos en su destartalado vehículo no consigue que rías, no acaba de hacer gracia, tampoco logra que llores o te unas con convicción a su mensaje de andadura.
    Es un simple dejarse conducir y guiar por su modestia y templanza donde se añora mayor garra y nervio y, donde se lamenta que León de Aranoa haya sido tan prudente y moderado en su escrito pues, fondo y reserva para mayor carácter y genio tenía, sin embargo, se conforma con tenues y maleables dosis que narran, pero ni marcan ni dejan huella.
    Un día perfecto, de carambolas entretenidas pero falto de personalidad y consistencia, su temperamento no alcanza decibelios de solidez y arrebato, únicamente tersura de talante que agrada, pero no despierta reflexión sobre la misma.
    Dócil observar de manso recuerdo; sales contento, que no convencido.
    Posdata..., tampoco puede decirse que su gran pericia fuera ¡la elección de los temas musicales!
  • Avatar de Wanchope
    Wanchope 06 de Septiembre de 2015, 11:09:45 AM
    Muy de acuerdo con lo dicho por Sullivan, su forma de mostrar un tema crudo de forma distendida y además no incurrir en la proclama política o moral, lo mejor de todo. Me gusta ese toque "a anécdota", de que en ningún momento se está contando nada más que un día en la vida de esas cinco personas, sin por ello perder la capacidad para definir personajes, situaciones o el drama. Sin grandes aspavientos y sobre todo con humildad.

    También es verdad que este toque "a anécdota" la vuelve relativamente pequeña, dado que se consume sin ser o una gran comedia o un gran drama, pero como película ligera para pasar el rato con algo de contenido no está nada mal, sobre todo, gracias al dúo Robbins-Del Toro como decía Sulli. Eso sí, a la película le falta un poco de ritmo que la sobredosis de planos aéreos y sobre todo la chocante selección musical no atinan a compensar, al igual que la "chapuza" con la que se aligera la resolución de la historia del niño también rebaja la satisfacción.

    A ojo, entre el 6 y el 7.

    Pd. Las canciones... ¿serán elecciones de dirección, o de producción, o de marketing?  :disimu