F. Gary Gray es bien recordado por un buen thriller de acción como lo fue "The Italian Job (2003)". Si recordamos ese trabajo, fue un thriller que cumplió en promedio con todo, buena acción, buenos momentos, buenos actores, buen soundtrack, pero sin ser sobresaliente en absolutamente nada. Caso similar con este trabajo.
Lo que desde un inicio prometía ser una película sólida por los intérpretes y el dilema moral propuesta sobre un sistema jurídico que deja en la calle asesinos evidentes es traicionado por un cine comercial sin miramientos dónde lo importante es colocar rápidamente todos los clichés del género a diestra y siniestra, y generar un cine inmediato y sin pretensiones. Ya con esta línea sólo podemos esperar que los clichés sean realizados lo mejor posible, y es ahí donde entra la fuerza del filme que entrega escenas de acción sin parar de manera espectacular, y sin escatimar en efectos especiales y sangre cuando es necesario.
Jamie Foxx ('El Solista' - 2009) es el chico bueno en turno, un abogado fiscal que imparte justicia para el estado, siempre defendiendo el orden preestablecido y apegado a la ley. Mientras que Gerard Butler ('La cruda realidad' - 2009), demostrando estar de moda, interpreta al chico malo que jugará con la mente y la vida de los que se crucen en su camino por venganza. O justicia como él la llama, aunque no se preocupa nadie en explicarnos realmente que es lo que está atrás de todo este tipo de eventos encadenados que amenaza con dejarnos sin actores principales ante el elevado número de asesinatos en pantalla. Ninguno de los dos realmente tiene la oportunidad de mostrar sus habilidades histriónicas.
Por lo demás el thriller funciona. Recostarnos en el asiento, con unas palomitas y pasar un buen rato es un objetivo que se logra cómodamente ya que acción tras acción y efecto tras efecto entre dos personajes inteligentes, carismáticos y atractivos es sencillo.
"Un Ciudadano Ejemplar" es otra de abogados y criminales omnipotentes.
Por Jálex