'The Secret of Kells' - El arte de un buen secreto
'Up', 'Los mundos de Coraline', 'Fantástico Sr. Fox', 'Tiana y el sapo'... y 'The Secret of Kells'. Estas fueron las cinco cintas de animación nominadas en la pasada edición de los premios Oscar, y aunque un servidor discrepe como cualquiera otro sobre la ausencia/presencia de alguna cinta en particular, cabe reconocer los méritos de cada una de ellas para optar a ser aplaudida en buena medida, entre ellos su apuesta común por un cine accesible que no toma ni a unos ni a otros por imbéciles, que no es poco. Sin ir más lejos la inclusión en la terna de candidatos de un film como 'The Secret of Kells' fue una relativa sorpresa paliada en gran parte por la calidad de una propuesta tan interesante como singular, y francamente recomendable para los que de vez en cuando gusten de probar cosas distintas, si bien su fondo y entramado dramático estén lejos de igualar la maestría visual y sonora de la que hace gala esta coproducción europea en un brillante 2D.
Mientras que por lo general los grandes estudios y compañías hace ya tiempo que le perdieron el miedo a la superioridad del logo de la Disney, no sin razón, y algo más tarde decidiesen apostar por los píxeles como el casi exclusivo sustento técnico de sus principales y más comerciales cintas animadas tras comprobar la rentabilidad de las primeras aventuras de Buzz, Woody y compañía, un incipiente y cada vez más nutrido grupo de artistas tienen a bien ofertar un tipo de cine que le ha perdido el miedo a la técnica en su más amplio espectro tras corroborar con producciones como South Park que lo importante no es la técnica en sí misma, sino cómo y por qué se usa. Alejados de los estándares de las producciones comerciales numerosos cineastas han hecho suya la multiple expresividad plástica que permiten las distintas ramas de la animación para ofrecer una serie de propuestas más viscerales, personales, libres y arriesgadas como esta 'The Secret of Kells', un film fascinante indivisible en su cuerpo y alma.
La historia del relato se inspira en la existencia del Libro de Kells que, según leo en una Wikipedia que me sirve tanto de chuleta como de justificación ante una posible metedura de pata, es un manuscrito suntuosamente ilustrado de gran belleza y excelente técnica realizado por monjes celtas entorno al año 800, y que a pesar de estar inacabado está considerado como uno de los más importantes vestigios del arte religioso medieval, y una pieza principal tanto del cristianismo irlandés como del arte irlando-sajón. Extraído directamente del contenido y apariencia de este libro, tanto la narrativa como el acabado visual del film van estrechamente unidos de la mano rindiendo un tributo que representa fielmente su estética, donde nos encontramos una escueto hilo argumental de aparencia adulta pero contenido infantil que sirve de soporte a un gran lienzo donde se desarrolla esta sinfonía conceptual para la que la cámara viene a ejercer de pincel.
Una imagen vale más que mil palabras, vendría a decirse de esta especie de obra de arte pictórica fuertemente expresionista que despliega un repertorio cautivador e imaginativo de suaves trazos repletos de color que dan vida a un diseño artístico peculiar, único y personal con una amplia capacidad evocadora. No obstante, tan acertada e inspirada en el plano conceptual como un tanto descuidada en el argumental, donde el relato se antoja no más que una excusa un tanto esquemática, irregular e inconsistente que, entre otras cosas, adolece de diseños de personajes o justificaciones dramáticas tan simplonas y forzadas que no permiten dar profundidad emocional a unas por demás bellísimas imágenes de factura intachable, restándole calidez a una producción que no termina de cuajar en nuestras entrañas como, por ejemplo, si es capaz de lograr la incomprensiblemente inédita en España 'Mary and Max', y que acaba por resultar un tanto ingenua para mentes adultas y demasiado complicada para las mentes más jóvenes.
Mención especial y aparte merece la que bien podría valer como la mejor banda sonora del año, obra de un Bruno Coulais que se apoya en las sonoridades de una de las bandas más celebradas del universo folklórico irlandés actual, Kila, para ofrecer en suma una partitura excelente, con personalidad y solera en cuerpo y alma, ceñida a los propósitos de un relato para el que resulta un complemento más que perfecto, prácticamente indisociable.
'The Secret of Kells' es una cinta visual y sonoramente apabullante, vaya por delante, una delicia eminentemente sensorial cuya forma y elaboración se encuentra muy por encima de su simplista y maníqueo fondo dramático. Cualquier otra apreciación poco puede servir para valorar una obra que aparenta una mayor afinidad con un museo que una sala de cine, un interesantísimo y brillante ejercio de estilo que luce bien, muy bien y bonito, pero al que le falta algo de alma para llegar algo más lejos que a los ojos o los oídos, al corazón.
Nota: 7.5
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Y enésimo homenaje encubierto a este genio desconocido llamado Genndy Tartakovsky. Pa q conste, y para q las similitudes hablen por sí solas, q los interesados le den un vistazo al séptimo capítulo de la serie "Samurai Jack".
Estamos ante un increible y original trabajo visual lleno de simbolismo y trabajo en cada plano, cada frame, que casi vale la pena diseccionarlo o pausarlo como decía un compañero y recrearse.
Los personajes resultan frescos y llamativos, dentro de una obra que si hubiera tenido una profundidad mayor en cuanto a la historia, hubiera sido una obra maestra, pero aún así nos ofrece un precioso cuento con como decía mucho trabajo en cada frame, para unos aprovechadísimos 75 min.
Un 7.2
P.D. Descatar también el gran trabajo en la BSO por parte de Bruno Coulais