'The Lady in the Van' - La dama de la fragoneta
Lo parece, pero no lo es. Aunque lo parezca. Pero no, no al menos del todo. Tampoco en verdad en una parte, y tan sólo de manera ocasional y casi accidental, si acaso. 'The Lady in the Van' no llega a ser la película que uno podría esperar, suponer o imaginar que es. O que podría haber sido. O que debería de haber sido. Aún a pesar de Maggie Smith, su principal argumento... y a la vez su único sustento. Y menos mal que aún nos queda la Smith para salvar un honor un tanto maltrecho que requiere de algo más que una capa de pintura.
Voy a ser breve, o al menos a intentarlo, que no es una de esas ocasiones para perder el tiempo. A estas alturas uno espera de una película como 'The Lady in the Van' algo parecido a 'El cuarteto', 'Mi casa en París' o la doble entrega de 'El exótico Hotel Marigold'. Y si han visto cualquiera de ellas, ya se lo pueden imaginar: algo amable y simpático representado con una honestidad y una humildad a prueba de exigencias. Y algo así podría haber sido de haber sido, más no llega a a serlo porque sencillamente... no lo es. Ya sea por A, o ya sea por B, o ya sea por C. Como si importase.
Si bien lo presentíamos, no esperábamos de que lo fuera de una manera tan dramática. Y entiéndase, uno da por sentado que alguien como Maggie Smith va a destacar dentro de un traje tan a medida, pero no tanto como para que se convierta en la salvadora de una producción que, sin ella, posiblemente, sería tan poca cosa que entre eso y no ser nada no habría mucha diferencia. De hecho ni aún con ella, en realidad, podemos salvar a 'The Lady in the Van' de una dolorosa circunstancia: que además llega a convertirse en un filme realmente molesto, antipático.
Pasan los minutos, y nada, 'The Lady in the Van' no arranca a pesar de los arreones de la Smith. No hay chispa, no hay química, no hay credibilidad. Tampoco hay película. Ya sea por A, o ya sea por B, o ya sea por C. Como si importase una vez la frustración abre una puerta que nunca debería de abrirse: y es que no sólo llega a convertirse en un filme realmente molesto e incómodo, sino que lo hace de tal manera que hasta Maggie Smith nos acaba por caer mal. Por nada en particular, pero a la vez por todo en general. Y mejor no hablemos de su final...
... lo que no deja de ser la puntilla: 'The Lady in the Van' no se encuentra, y así es difícil que el público la encuentre. Como si fuera un rutinario telefilme de sobremesa, transcurre de manera horizontal y prácticamente a ras del suelo. Pero sobre todo de manera incómoda una vez asumimos, para nuestra más que posible desesperación, que el pretendido y esperable relato amable e incluso adorable que esperábamos no ha cuajado en esta ocasión, dejando prácticamente vendida a una Maggie Smith que cual muñeco de trapo se pasea por un escenario baldío.
Por Juan Pairet Iglesias
@Wanchopex
Le doy un 5 única y exclusivamente por Maggie Smith.
Culpabilidad ingrata. Nota: 5.