Una semana después del muy agridulce estreno español de 'The Cabin in the Woods' llega el de 'The Collection', otro gran título con vocación de culto que ha hecho su aparición en cartelera, también, tras unos meses de una incertidumbre algo menos publicitada pero igualmente frustrante. Para quien no la ubique, se trata de la segunda parte de 'The Collector', una pequeña joya del género que cuando en España se estreno casi sin querer, y con tres años de retraso a principios de 2012, se convirtió en un pequeño sleeper. Sin duda la heredera espiritual de las bondades de la franquicia de 'Saw', a la que remite sin duda, en una reinterpretación de las misma tras la cual nos encontramos a dos de los máximos responsables de las secuelas de aquella, Patrick Melton y Marcus Dunstan, que han hecho de esta secuela un filme todavía más disfrutable que el primero, si cabe (en un baúl).Hay algo que define a la perfección a 'The Collection', y es que se trata del tipo de película perfecta para ver en un sitio como el Festival de Sitges. Lo que conduce a la inevitable pregunta de ¿cómo es que no fue a Sitges? Raro, pues es el tipo de filme que allí lo hubiera petado de paso que, tal vez, hubiera podido hacerse un nombre más allá de los fans con el que paliar la falta de medios con la que si han contando mediocridades como 'The Purgue'. Y con tan pocas palabras ya estaría casi todo dicho para el buen entendedor, a quien no le haría falta más para llamar a unos amigos y salir corriendo hacia la taquilla. Si es que por supuesto gusta de este género, popularizado por 'Saw', en el que el espectador goza maquiavélicamente del dolor y sufrimiento de los que tienen la desgracia de aparecer en una pantalla en donde, la mayoría, están destinados a sufrir una muerte horrenda.
'The Collection' triplica la apuesta de un original al que revoluciona y supera en efectividad, de largo, empezando por un arranque que no se hace esperar, en una discoteca repleta de carnaza, convertido en un clásico instantáneo de lo macabro, y al que sólo la falta de medios le impide aspirar a una expresión gráfica aún más salvaje. No llevamos ni diez minutos y ya tenemos los puños apretados, unos puños que no abriremos, con agujetas, hasta el final tras 80 minutos realmente intensos que prácticamente no conceden tregua alguna. Porque en esta secuela, con el Coleccionista ya presentado, apenas hay tiempos muertos gracias a un argumento directísimo, sin nada de grasa, y en donde los detalles en torno a los personajes se muestran entrelazados con el constante fluir de la sangre con una practicidad notable.
Pero si 'The Collection' es un filme "idóneo" para Sitges, o cualquier otro certamen de su especie, no lo es sólo por su alto contenido en sangre, lo directo de su propuesta o su franqueza genérica. Si lo es, sobre todo, lo es por un carácter netamente festivo aplicado con una falta evidente de seriedad que no implica, todo lo contrario, que esta falta de seriedad se haya tomado a broma. Un filme muy juguetón que hace suyas y exprime las mejores cualidades de la franquicia de 'Saw', las cuales explota con un entusiasmo, desparpajo y energía ante los que resulta complicado resistirse para un espectador sensible con gusto por la sangre. Un tour de force cargado de tensión, vísceras, alguna que otra imagen para coleccionar y un ritmo arrollador que produce una sensación constante, agobiante, incómoda, molesta, de mal rollo. De buen mal rollo.
Nota:
7.5
por Juan Pairet Iglesias
Que buena pinta. Esta hay que verla
Añado: The collector. Esta se llama The collection. Vale, es que como a simple vista son tan parecidos, en la primera lectura no habia localizado la diferencia