Anand Tucker cuenta con un trabajo serio y aunque no demasiado exitoso sí bastante interesante. 'Shop Girl' (2005) lo antecede como un director que trata de dar un poco más de lo habitual con tratamientos semilentos en la narrativa y deja claro que no le tiembla la mano para poner a sus personajes en situaciones de las cuales no siempre saldrán bien librados. A pesar de estos antecedentes su nueva producción no contiene ninguno de estos elementos.

Amy Adams ('Julie & Julia' 2009) trata de incurrir en un género en el cual no se ve demasiado cómoda. Sus personajes en general son de chicas lindas que triunfan a pesar de sus situaciones en contra y cuyo objetivo no es perseguir hombres para contraer matrimonio. Tal vez por ello, su personaje a medida que lo vamos conociendo se ve más acartonado y soso a pesar de los breves destellos que su sonrisa y uno que otro comentario logran entregar. Por su lado la pareja en turno es interpretada por un Matthew Goode ('Watchmen' 2009) que es sacrificado para el lucimiento de la deslavada pareja.

Puestos los personajes, lo que tenemos en pantalla son casi dos horas de todos los clichés que las comedias románticas dictan. Baste decir que el proceso de poner a una chica citadina en la mitad del campo se realiza en los primeros 15 minutos a una velocidad que muestra cómo el director quiere llegar lo más pronto posible a los sitios comunes y seguros del género. De ahí en adelante, todas las rutinas pasan sin lógica alguna. Desde una caminata de horas en falda ajustada y tacones de 12 centímetros hasta la típica escena de propuesta matrimonial en un sitio público no falta una sola rutina por explorar.

Los lugares comunes del género no son malos y se pueden explotar de buena manera, pero tampoco hay interés ni del director ni del guionista por ir más allá. Hay una displicencia por parte de todos los involucrados. No hay comedia, no hay romance. Cuando ambos personajes callan y el sonido del campo se escucha, recordamos lo que es un silencio incómodo.

Por Jalex